Sánchez no logra noquear a Feijóo

El mensaje y el contexto. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha ofrecido este martes en el Senado a Pedro Sánchez que se apoye en la oposición para romper sus alianzas con ERC, con Bildu y con Podemos, pero lo ha acompañado de tantos ataques que hacen poco creíble el ofrecimiento. Tantos golpes, sin embargo, como con los que el presidente del Gobierno había trufado su primera intervención, una comparecencia que, formalmente, iba a ser sobre la crisis energética y de precios, pero que se ha confirmado como un cara a cara premonitorio entre dos combatientes que no cesará hasta que lleguen las elecciones generales de 2023.

Casi tres horas de debate entre ambos líderes, de reproches mutuos y en las que el presidente del Gobierno se ha esforzado en tumbar a Feijóo como líder de la oposición. De sus propuestas, Sánchez ha criticado: "¿Qué es insolvencia o mala fe?"

Si Pedro Sánchez y los socialistas aspiraban a noquear a Núñez Feijóo en un debate por una supuesta ignorancia del líder de la oposición, tendrán que volver a reconsiderar esa minusvaloración. "Su no es no es lo único inmutable en la política", espetó Feijóo a Sánchez poco antes de ofrecerle un acuerdo en el que, sin embargo, pocos creen. "Ya sabemos que, con Podemos en el Gobierno, se puede dormir tranquilamente, ¿con Bildu, también?", le preguntó el popular al socialista.

Feijóo reprochó al presidente que sus ministros le hubiesen llamado insensato cuando, en abril, solicitó que bajase el IVA de la electricidad, y después, el IVA del gas, cuando eso es lo que ha terminado por hacer el Gobierno. También ha reivindicado la autoría de la última medida anunciada por Sánchez, este mismo martes: que topará el precio del gas a la industria que lo emplea en cogeneración, como la de la cerámica, el ladrillo y los fertilizantes. El líder del PP ha podido intervenir en la Cámara alta porque es senador por designación autonómica. No ocurrirá, por tanto, en el Congreso durante esta legislatura.

Ya en la respuesta que le dedicó Pedro Sánchez, el objeto del debate en el Senado, que era la escalada de precios y la crisis energética, se perdió en un rosario de reproches al líder del PP, del que dijo que había frustrado las expectativas de diálogo que abrió después de la dimisión del líder anterior, Pablo Casado. El presidente del Gobierno tiró de hemeroteca y de un guión con el que pretendía rechazar la fama de gestor de la que presume el ex presidente de la Xunta. Todo un juicio a su figura, tan prolija que mostró más las debilidades de Sánchez que las del otro. "Va a fracasar como fracasó el señor Casado", le dijo. Ésa fue la almendra de su comparecencia, negar las opciones de Feijóo.

El presidente del Gobierno buscó el cuerpo a cuerpo con la oposición desde los primeros minutos de su comparecencia. Reprochó al PP cómo actuó en la anterior crisis económica, cuando gobernaba Mariano Rajoy, y subrayó, como ya hiciese este sábado en su mitin en Sevilla, que no hará recaer los efectos sobre la clase media. Antes de escuchar al líder de los populares, decidió golpear: golpear y defender sus medidas para paliar la crisis energética y contener el galope de la inflación.

Según el presidente, la llamada excepción ibérica, por la que el precio final de la electricidad en España y Portugal está desacoplada del gas, ha hecho ahorrar a las familias y a las empresas españolas 2.000 millones de euros. Al recordar que en la Comisión Europea se replantean ahora un mecanismo de intervención del mercado eléctrico, se ha dirigido a los senadores del PP: "Señorías de la bancada, dejen de hacer el ridículo, no lo llamen timo ibérico".

España adoptará nuevas medidas para ahorrar gas, pero en ningún caso serán "dramáticas". "Ni se racionarán las bombonas de butano ni habrá apagones", ha indicado. Sánchez ha acusado a la derecha y a lo que llama sus terminales mediáticas de expandir un discurso catastrofista para este invierno. Ha revelado que España ha ahorrado un 4,6% de consumo eléctrico desde que entró en vigor el decreto de ahorro y que ha exportado a la Unión Europea en 2022 el 10% del gas que se consume más allá de los Pirineos, un 7% procede de buques metaneros que llegan a las plantas de regasificación y el otro 3%, de gasoductos.

Ese ha sido el espíritu de esta intervención, un discurso en el que ha tratado de responder a las "tres incertidumbres", la energética, la de los precios y la de la economía, pero que ha trufado, de modo constante, en serios ataques al PP, a cuyos dirigentes también ha tachado de "chamanes" y "curanderos", por no escuchar las predicciones científicas sobre el calentamiento global.

Ha defendido que el PP no acepta las medidas porque son "reformas estructurales", porque, en su opinión, son cambios que afectan a poderes económicos establecidos. Y en este caso ha metido al PP, a la derecha en general, a las grandes compañías y a los poderes mediáticos.

Sánchez ha mantenido que todas las previsiones indican que la economía española crecerá un 4% en 2022, y un 2%, en 2023. "Vamos a seguir creciendo, menos de lo esperado, pero más del doble que las economías alemana o francesa", ha indicado. Aunque parte de su discurso ha estado teñido de nubarrores grises -"nos estamos preparados para lo peor"-, lo cierto es que la previsión que ha hecho de la economía española es bastante optimista. Además de aportar la citada cifra de crecimiento, ha recordado que nunca en España ha estado trabajando tanta gente.

El presidente del Gobierno ha anunciado que las plantas de cogeneración que funcionan con gas también se beneficiarán del tope de este combustible. Según sus datos, ello afectará al 20% del producto interior bruto industrial, a sectores como el de la cerámica, el ladrillo, el químico o el de los fertilizantes.