Bildu: ¿estrategia de ETA o apuesta por la vía democrática?

Según dos encuestas publicadas durante la campaña, la coalición podría convertirse en la tercera fuerza política más votada en el País Vasco y entrar en el Parlamento de Navarra.

Sara Barderas (Dpa)

Madrid, 20 de mayo 2011 - 19:16

La participación de Bildu en las elecciones del próximo domingo ha dividido a España, cuatro meses después de que ETA anunciara un alto el fuego general, permanente e internacionalmente verificable, que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero rechazó por "insuficiente". Mientras unos consideran que Bildu es una mera estrategia de ETA y Batasuna, su ilegalizado brazo político, para poder volver a las instituciones, otros creen sincera la apuesta por la vía democrática de una parte de la izquierda independentista radical vasca que durante años defendió a la banda terrorista.

Integrada por dos partidos vascos legales y de trayectoria democrática -Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba-, incluye también a candidatos independientes. Y según dos encuestas publicadas durante la campaña, Bildu (reunir en vasco) podría convertirse en la tercera fuerza política más votada en el País Vasco y entrar en el Parlamento regional de la vecina Navarra. Cuando Batasuna fue ilegalizada en 2003 al ser considerada parte del entramado etarra, aglutinaba en torno al 10 por ciento del voto vasco. En las elecciones del domingo, Bildu podría hacerse con el 18,5 por ciento de los sufragios.

Para el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, la participación electoral de Bildu "supone un paso atrás evidente en la lucha contra el terrorismo". El líder conservador es de la misma opinión que en su día manifestó el Tribunal Supremo cuando decidió prohibir a la coalición electoral vasca. La corte apuntó a sus candidatos independientes como infiltrados de ETA y de su entorno y dio la razón a la Abogacía y la Fiscalía generales del Estado. Habían argumentado que era una estrategia de la banda terrorista, un plan B, después de la prohibición de Sortu (nacer), un nuevo partido surgido en la llamada "izquierda abertzale" que por primera vez condenó expresamente la violencia etarra. Pero el Tribunal Constitucional dio la vuelta a la situación, con una sentencia muy controvertida. Pocos días después de la decisión del Supremo, la revocó por considerarla una medida preventiva que ponía "en riesgo al propio Estado constitucional".

El Gobierno de Zapatero impulsó la impugnación de las listas de Bildu ante el Tribunal Supremo. "Está en la estrategia de ETA", dijo el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero tras la decisión del Constitucional se limitó a acatar lo dispuesto por la Justicia.

Algunos analistas han apuntado a un doble juego del Gobierno. La impugnación, dicen, la impulsó por la presión del PP. Pero la participación de Bildu en las elecciones le viene bien, ya que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) había amenazado con retirar su apoyo al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, donde en los últimos meses Zapatero ha podido sacar adelante importantes iniciativas gracias al PNV. El domingo, las papeletas de las 254 candidaturas de Bildu estarán sobre las mesas de los colegios electorales del País Vasco y la vecina Navarra. "No tenemos ninguna vinculación con ETA y no hay por detrás ningún mandato de organización ilegal", asegura.

Algunos analistas interpretan la sentencia del Constitucional como una puerta que se le ha dejado abierta a buena parte de la izquierda abertzale para demostrar si son verdaderas las intenciones que viene manifestando en los últimos tiempos, en los que públicamente se ha distanciado de la violencia de ETA, aunque nunca ha condenado los atentados del pasado. La banda terrorista ha matado a más de 800 personas. Según las Fuerzas de Seguridad, ETA se encuentra ahora muy debilitada. No comete un atentado en suelo español desde hace casi dos años. Y su cúpula ha caído en varias ocasiones en ese tiempo. Desde el año pasado, una parte de la antigua Batasuna ha demandado a ETA que ponga fin a la violencia y ha asegurado apostar por la vía democrática para defender sus aspiraciones independentistas. Tras las elecciones del próximo domingo se verá si la izquierda abertzale ha hablado en serio.

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