Rajoy y Cayo Lara 'venden' la derrota del PSOE antes del 22-M

José Antonio Griñán endurece el tono y acusa al PP de practicar la política del "rencor y el exterminio" y de creer que los votos "se compran y se venden".

Juan Manuel Marqués Perales

20 de mayo 2011 - 10:38

MARIANO Rajoy cerró ayer su particular campaña andaluza -hoy estará en Madrid- con una doble sesión en Málaga y Sevilla, y sin pasar por Córdoba tal como se había previsto al inicio de la contienda que termina esta noche. El líder del PP se dio un paseo triunfante por Andalucía, que acabó anoche en la capital hispalense con un mitin en el que hubo algunas sillas vacías, pero donde la euforia llenó por completo estos escenarios fabricados para la militancia y los informativos televisivos de la noche. Según la organización, 6.000 personas fueron a escuchar a su líder; posiblemente serían menos, pero desde luego muchos más de los que Rodríguez Zapatero y el PSOE sevillano consiguió reunir el lunes pasado. Pero en algo han cambiado estas concentraciones del PP, una apariencia que sí puede ser indicativa de esa marea popular con la que Rajoy confía en llegar a la Moncloa y Arenas, a la Presidencia de la Junta. Ha cambiado la gente: o han escondido a lo que era el prototipo de militante del PP de los años noventa o su base social se ha expandido. ¿Hasta dónde? El próximo domingo, día de las municipales, se conocerá la mejor encuesta que indique si ese cambio de ciclo está en ciernes o sólo figura en los sondeos.

PP e IU se abalanzaron ayer sobre esos supuestos votantes socialistas "defraudados", que son los mismos que el PSOE intenta sacar de sus casas el domingo ante el convencimiento de que no están arrepentidos, sino desmovilizados. Rajoy mantuvo que "hay que ser muy generosos, infinitamente generosos" para volver a dar la confianza al PSOE en un nuevo guiño a este electorado, objetivo de todos los partidos desde que comenzó la campaña.

Rajoy, quizás sabedor de los errores del pasado, no sólo soslayó en todas sus intervenciones los comentarios sobre las concentraciones del Movimiento 15-M, sino que ha encargado a los suyos que guarden silencio; una orden rota por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su cuerpo mediático.

El líder de los populares andaluces, Javier Arenas, advirtió otra vez contra la euforia en las filas populares, pero éstas van lanzadas y, en gran parte, debido a los mensajes de sus líderes. Tanto Mariano Rajoy como el dirigente de IU, Cayo Lara, que ayer estuvo en Jaén, anticiparon una derrota del PSOE en las elecciones del domingo, y los dos auguraron para los socialistas algo peor: no sólo un mal resultado, sino una debacle que anticiparía un cambio en Andalucía en el año 2012, cuando está previsto que se celebren los comicios autonómicos y generales. Cayo Lara llegó a decir que al PSOE "no lo salva ahora mismo ni la Virgen de Lourdes" por la cantidad de "defraudados" que han dejado las políticas de Rodríguez Zapatero y, que en su opinión, son la causa de las concentraciones de los llamados indignados. Arenas aseguró en Málaga que hay "pánico y muchos nervios" en el PSOE andaluz, y "un miedo espantoso" ante el cambio, aunque a renglón seguido admitió que el triunfalismo es el principal enemigo al que se enfrentan ahora los populares. "Aquí va a haber un cambio de primera magnitud, que es lo mejor que le puede pasar a Andalucía en el futuro", aseguró Rajoy tanto en Málaga como en Sevilla. Más euforia.

Los socialistas concentraron sus esfuerzos en Jaén, donde la alcaldesa socialista Carmen Peñalver se juega el cargo en unas elecciones muy disputadas. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y Felipe González estrenaron un dúo que hoy volverán a repetir en Sevilla en apoyo del candidato, Juan Espadas. Griñán fue muy duro con el PP, de cuyos dirigentes afirmó que practican la "política del rencor y del exterminio" y que creen que los "votos se venden y se compran", en referencia a la población de La Carolina, donde el voto por correo ha aumentado de modo espectacular. Un 20% del sufragio procede de esta vía, cuando la media en el resto de Jaén es nueve veces menor. La candidata socialista en esta población ha denunciado ante la Junta Electoral que ello se debe a la compra de votos por personas cercanas al PP.

El presidente de la Junta mantuvo, como en otras ocasiones en este último trayecto de campaña, que el PP es "una derecha rancia, del ordeno y mando". "Es una derecha a la que le gusta prohibir; que ha llevado la política a tribunales; que cree que los votos se venden y se compran; que quiere que se vote desde el rencor y el odio, y que ha utilizado el terrorismo en la campaña y el prestigio de España para ganar un voto miserable", mantuvo. El también secretario general de los socialistas andaluces ha ido endureciendo el tono de su campaña a medida que han ido pasando los días, un hecho que no se le ha escapado al PP que ve en esta "agresividad" un "signo de su desesperación", en palabras de Javier Arenas.

El ex presidente Felipe González también cargó contra el PP y los gobiernos de Aznar, a los que culpó de intentar engañar tras los atentados del 11-M y , en especial, por su actitud ante el terrorismo. Es más, mantuvo que el Gobierno de Zapatero va a acabar con ETA, y relacionó las críticas de los populares a la lucha antiterrorista con otras intenciones: "Igual les da miedo que se acabe ahora el terrorismo. Que lo expliquen de una vez con sentido del Estado porque no se puede explicar tanta publicidad al terrorismo cuando más débil está en la historia de la democracia". Eso, una campaña dura. Como todas.

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