CIBELES: Un universo étnico marca la clausura

Cibeles Madrid Fashion Week puso fin ayer a la celebración de sus primeros 25 años con una jornada caracterizada por la diversidad y por ser una de las más entretenidas del programa de esta 50 edición, con Carlos Díez, uno de los más veteranos, y Guillermina Baeza como colofón.

En teoría, el día de ayer estaba dedicado a los diseñadores más jóvenes y menos experimentados, pero el programa lo desmintió en la práctica ya que de los doce que desfilaron, sólo tres o cuatro se pueden incluir en esta categoría.

Aunque ya son muchas sus pasarelas, una vez más Carlos Díez se reservó para esta última jornada, donde, por otra parte, encaja perfectamente. Bajo el nombre de 'Sir', apuesta por una colección deportiva con una puesta en escena divertida pero una muy seria sastrería en piezas unisex que conviven con otras lenceras.

Los diseñadores a los que les tocó abrir la quinta y última jornada de la 50 edición de Cibeles Madrid Fashion Week llevaron ayer aires juveniles y refrescantes, muy distintos a los anteriores días, en una explosión de color y mezcla de estilos.

La primera en subir a la pasarela, Anke Schlöder, presentó con Perforado, una colección en la que se inspira en la naturaleza y sus sonidos, así como en la mezcla de telas, texturas, patrones, colores y formas para alumbrar una línea llena de vestidos de gasa estampados con motivos naturales, como las flores o las mariposas.

Nicolás Vaudelet evoca, por su parte, los aires marineros, los pescadores y la sofisticación étnica del Nuevo Mundo para crear su colección para El Caballo, con ropas lavadas y arrugadas y prendas técnicas, como monos uniformes. Completan la línea de la próxima temporada divertidos elementos como sus tocados de pájaros (imagen de la derecha), a veces excesivamente grandes, realizados por Odile Gilbert con pelo natural, en representación del exotismo del Nuevo Mundo.

La cordobesa Juana Martín presentó después El tiempo de los gitanos. En su colección se acerca al universo étnico de los grupos cíngaros afincados en Europa con una línea marcada por la esencia gitana, que la diseñadora logra transmitir con vestidos de estampados florales y grandes vuelos en las faldas confecciones con algodones y sedas en tonos fuertes como el amarillo (foto de la izquierda) o el rosa palo.