Abusos sexuales

La Fiscalía pide 27 años por violar y abusar de la hija de su compadre

  • Los padres de la menor -que no tienen su tutela- y el procesado defienden que nunca ocurrió nada

Fachada de la Audiencia Provincial de Sevilla

Fachada de la Audiencia Provincial de Sevilla / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

La Fiscalía de Sevilla solicita 27 años de cárcel para un vecino de Morón de la Frontera al que acusa de abusar de la hija de su "compadre" y violarla en tres ocasiones, mientras que el procesado y los padres de la menor defienden que nunca ocurrió nada.

Según han informado fuentes judiciales a Efe, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla ha dejado visto para sentencia el juicio contra A.G.O., para quien el Ministerio Público pedía inicialmente 39 años de prisión, once por cada uno de los tres delitos de abuso sexual con acceso carnal que le imputa y seis por un delito continuado de abuso.

La fiscal varió sus modificaciones durante la vista oral y amoldó la calificación al Código Penal vigente en el momento de los hechos, entre 2009 y 2010, de modo que acabó reclamando ocho años por cada violación y tres por el abuso continuado, con las agravantes de la edad de la niña, entonces de siete años, y prevalimiento por la relación de confianza del adulto con la víctima, que lo consideraba su "tito".

La Fiscalía también le pide una indemnización de 20.000 euros para la menor, que está ingresada en un centro de trastornos de conducta y desveló lo ocurrido seis años después de los hechos.

En 2010 se archivó una primera denuncia de la entonces pareja del acusado porque la niña negó que la hubiese "tocado ni besado", pero la psicóloga que valoró la credibilidad del testimonio afirmó que declaró tan "aleccionada" y "contaminada" por sus padres que incluso utilizó "argumentación de adultos".

El 27 de enero de 2016, cuando estaba en un centro de menores en Écija, sí reveló a su hermana que había sufrido abusos, aunque "intentó minimizarlos y quitarles hierro", según otros psicólogos.

En 2017, cuando tenía catorce años y ya había empezado una nueva investigación judicial, la víctima explicó a la psicóloga que el acusado la llevaba al cine, la ayudaba a estudiar y le compraba "la Nintendo, juguetes y regalos", pero también le hizo "daño" porque le "metió mano" y consumó el acto sexual "dos o tres veces".

"Yo no sabía lo que estaba haciendo y pensaba que mi madre se enfadaría conmigo si se lo contaba", añadió la joven, cuya progenitora, cuando trascendió lo ocurrido, le dijo que "no fuese mala" y que le daría "regalos y dinero" si no denunciaba nada.

El acusado, por su parte, señaló al tribunal que la niña lo culpa de "que los padres se hayan peleado", mientras que él "siempre" ha "echado una mano" a la familia.

Los progenitores de la menor, que no tienen su tutela, coincidieron en que A.G.O. "nunca ha tocado a la niña".

La madre, que vive con el acusado aunque son "solo amigos", explicó que los regalos eran para la presunta víctima y sus dos hermanos, mientras que el padre aseguró que la relación entre su hija y el encausado "era estupenda hasta que la cogieron en el centro", donde "la psicóloga le dijo que metiese al tito en la cárcel", según le refirió la joven.

Los psicólogos que la han ido tratando indicaron que la menor "confunde afecto con relaciones sexuales", ha padecido "depresión con intentos de suicidio" y ha mostrado "conductas exhibicionistas" y una "falta de límites" derivada de que "pudo estar expuesta a las relaciones entre sus progenitores".

También destacaron que la madre le pidió "que no hiciese daño" al acusado porque "era el amor de su vida".

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