Condenan a una sevillana que estafó 3,5 millones de euros a quince víctimas vendiendo pisos inexistentes en Madrid

La embaucadora, que es reincidente y ha sido castigada a siete años de cárcel, se quedó el dinero que le iban adelantando: uno de sus clientes llegó a entregarle 715.000 euros por "dos lotes" de siete pisos en total

El caso fue juzgado en la Audiencia de Madrid y acaba de ser cerrado por el Tribunal Supremo.
El caso fue juzgado en la Audiencia de Madrid y acaba de ser cerrado por el Tribunal Supremo. / Javier Lizón (Efe)

La Justicia ha impuesto siete años y un día de cárcel a una sevillana afincada en Madrid que orientó su vida hacia la estafa y logró ni más ni menos que 3,5 millones de euros engañando a hasta quince víctimas para que le adelantasen distintas cantidades, algunas nada despreciables, por la compra de 24 pisos, adosados, garajes y terrenos que no existían. Todos menos uno estaban en la Comunidad, así que el caso fue sentenciado por la Sección Cuarta de la Audiencia de Madrid el 25 de octubre de 2021. Después, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) confirmó esa resolución inicial y ahora es el Tribunal Supremo el que, en una sentencia fechada el 6 de marzo, la convierte en firme.

Los hechos que se declaran definitivamente probados ocurrieron entre 2017 y 2018 y fueron protagonizadas por esta mujer nacida en Sevilla que a esas alturas, con 46 años de edad, tenía un par de antecedentes por el mismo delito: uno del 20 de noviembre de 2017, a cargo de la Sección 16ª de la Audiencia de Madrid, y otro del 8 de junio de 2018 en el Juzgado de lo Penal número 28 también de la capital.

El caso es que esta señora, “guiada con el ánimo de obtener un ilícito beneficio”, empezaba entablando “estrechas relaciones personales con sus víctimas con el único fin de ganarse su confianza”. Así, “les ofrecía activos inmobiliarios a un precio muy inferior al de mercado” y les explicaba que la condición es que “debían pagar de forma inmediata el precio ofertado, bien en metálico o bien mediante transferencia bancaria”. El destino del dinero era la cuenta corriente de ella misma o las que estaban a nombre de tres sociedades: Isola E.M. Concept Stores, Starius Infinito y Cogorno Business. En todas la acusada era administradora única y “controlaba” las cuentas.

Una vez que los perjudicados expresaban su conformidad con la operación y entregaban el dinero, y “con el fin de mantener el engaño”, la estafadora les presentaba un “contrato de arras de opción de compra” en el que como vendedor aparecía otro hombre que “no tenía conocimiento de los hechos”. Su firma, lógicamente, “había sido realizada por la misma acusada”.

“Los contratos de venta no llegaron a consumarse al no existir la opción de compra de los inmuebles en ellos reflejados, por no existir. La acusada se apoderó de las cantidades entregadas”, resumía la sentencia inicial de la Audiencia madrileña, que cifraba la cuantía total de la macroestafa en 3.522.580,31 euros.

Los episodios de su "estrategia fraudulenta"

El juzgado también enumeraba todas las operativas de esa “estrategia fraudulenta” llevadas a cabo por la sevillana con cada una de sus víctimas. Un hombre, por ejemplo, llegó a desembolsar 725.100 euros por “dos lotes de pisos” (siete en total) en Madrid: el dinero procedía de sus propios ingresos, de su padre y de varios conocidos y en un momento dado llegó a darle a la encausada casi 220.000 euros en mano que le habían prestado dos amigos. Otra víctima, una mujer, le entregó 480.989 euros para reservar cuatro viviendas y una plaza de garaje.

En ese camino delictivo, la estafadora también fue capaz de engañar a tres matrimonios. El primero firmó con ella el 15 de junio de 2017 un contrato de arras por la opción de compra de un piso sito en Madrid capital. Como vendedor figuraba el hombre cuya firma era falsificada por la investigada. Para su adquisición, la pareja le realizó cuatro transferencias por un importe total de 195.000 euros en un lapso de diecinueve días.

El 28 de diciembre de ese mismo año y el 28 de mayo de 2018, otro matrimonio cayó en la trampa sellando con la acusada sendos contratos de arras por la opción de compra de un adosado y un terreno en la localidad de Aravaca. Después efectuaron cinco transferencias a la cuenta de la delincuente por un importe total de 310.025,31 euros.

Una tercera pareja picó a partir del 26 de septiembre de 2017, día en el que firmaron el famoso contrato de opción de compra de una vivienda sita en la capital. En este caso, las transferencias fueron nueve y la cuantía total, 369.700 euros. La mayoría de los traspasos, siete, fueron a la cuenta de una de las empresas pantalla de la acusada. Y además de todo ese dineral, el matrimonio entregó a la supuesta agente inmobiliaria 15.000 euros en efectivo en octubre de 2017. Eso sí, la mujer tuvo al menos el detalle de devolvérselos el 19 de enero de 2018.

La procesada, que no recurrió la sentencia e incluso reconoció los hechos, fue condenada por un delito continuado de estafa con la agravante de reincidencia. Además de la pena de prisión, la Audiencia de Madrid también le impuso una multa de 3.786 euros y la obligó a indemnizar a todas sus víctimas con cantidades que oscilan entre 4.000 y 725.100 euros. Todos los extremos de ese castigo son ya firmes tras esta sentencia del Supremo, que desestima el recurso interpuesto por una sociedad que fue condenada a indemnizar a una víctima.

Detenida in fraganti en un banco

La investigación no debió de ser la más complicada de la historia porque la acusada tuvo contacto personal con todas sus víctimas, así que estaba perfectamente identificada. Y si faltaba alguna pieza para rellenar el puzle, la propia estafadora la aportó el mismo día de su detención. La Policía la arrestó el 21 de junio de 2018... dentro de una sucursal bancaria de Madrid y pillada in fraganti cuando intentaba que una potencial víctima efectuara un reintegro de 8.000 euros y otro de 30.000. En aquel momento, la sospechosa llevaba “un sobre del Banco Sabadell con 4.200 euros en billetes de 20 euros, así como 105 euros fraccionados, cinco tarjetas bancarias a su nombre, dos teléfonos Iphone 7 y Iphone X y un Macbook Pro”. “Todos eran efectos de su actividad delictiva”, explicó la Audiencia de Madrid.

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