Haremos camino al andar

Ignoramos si nos enteraremos antes del plan de fases o de cómo se abre con los guantes una bolsa de la sección de frutas y verduras del supermercado. En Málaga no descartan la Feria en agosto... Y el célebre Manual de Medicina 'Harrier' llevó a su portada el coronavirus en 2016

Fabricación de mascarillas en  un aula de la Universidad
Fabricación de mascarillas en un aula de la Universidad / Juan Carlos Muñoz

Sevilla/Entre los grandes misterios de los días de encierro figura cómo abrir con los guantes puestos una bolsa de la sección de frutas y verduras del supermercado. No sabemos si nos enteraremos antes del plan de fases trazado por el Gobierno o de cómo se abre el puñetero plástico donde usted en cuanto es posible mete dos pimientos, los pesa y pega la etiqueta en la dichosa bolsita. Mientras los americanos dan o no con el Remdevisir, del que llevamos más de un mes escribiendo en esta Caja Negra, agite la bolsa, estrújela, dele la vuelta y acabe quitándose un guante para poder abrirla, siempre que no le pille ningún miembro del Santo Oficio, que no sólo se encuentran en los balcones. Los nuevos inquisidores deambulan con el perro, desenfundan el teléfono móvil y le pillan tirando la basura a una hora indebida. “Sé a qué hora abriste el contenedor”.

Es mejor afanarse con la bolsa de plástico que oír los informativos. Lo segundo lleva directamente al consumo de antidepresivos. Los porcentajes del paro, la clasificación de los muertos por cada cien mil habitantes, en la que evidentemente tenemos la primera posición; los inquilinos que no pagan los alquileres, el tono monocorde de Pablo Casado que sigue sin levantar pasiones (aunque así comenzó Aznar), la cuesta arriba de la recuperación para los autónomos, los políticos perifrásticos que se cuelan en las tertulias para que el interés huya por la ventana, etcétera. Las calles están ayunas de manifestaciones del primero de mayo. “La precariedad tiene rostro de mujer”, afirma un político de izquierdas en la televisión. Uno recuerda lo de la cantinela de la “fiesta de la democracia” en las mañanas electorales. Hay frases que sirven para cualquier fecha. Y algunas casi para cualquier siglo. “Perdonen que suene a demagogia, pero hay que decir alto y claro: ningún político dejará de cobrar su nómina a final de mes”, asevera un tertuliano nocturno al que perdonamos, por supuesto. “Los sindicatos se manifiestan en las redes”, reza un titular. Al igual que aspiramos a una nueva normalidad, esta claro que la realidad de verdad es ya la de las redes, no la de la calle.

Los clubes con sedes junto al río comienzan a valorar la posibilidad de abrir las piscinas a finales de junio. Un treintañero se adelanta y se pasea en bañador por las calles del centro. Sevilla sin playa, pero con indios. Nunca faltaron indios en los últimos cinco siglos. Ni piratas. En cualquier foto del pasado aparece la gente no mejor vestida, sino simplemente vestida. Y con sencillez, no nos referimos a ninguna gala de la alta sociedad. Un taxista pega un frenazo junto al convento de Madre de Dios para no atropellar a una paloma, pero es tarde. El vehículo pasa por encima, pero el animal sigue vivo y… volando. Cada vez más parroquias, tanto de centro como de los barrios, publican sus cuentas bancarias para recibir donativos. El llanto de un niño que se cae del patinete sobre el firme de adoquines rompe el silencio de la tarde. En la calle no ocurre casi de nada de cuanto cuentan los medios de comunicación.

El hospital de Ifema cierra en Madrid. En Sevilla el PP del Ayuntamiento trata de capitalizar mediante el envío masivo de cartas el pacto para la reconstrucción social y económica de la ciudad que el alcalde llevó al Pleno ordinario de abril. Una empresaria se queja en privado de que los populares conozcan su dirección. ¡A la hoguera con ellos! Al Tito Fernando, presidente de la Diputación, lo acusan del uso “torticero y sectario” de la institución para tratar de dañar al Gobierno andaluz.

El PP califica de “atraco” el apoyo a la iniciativa de Toscano de dar liquidez al Estado con los ahorros de los municipios. Y el cardenal Amigo defiende en los micrófonos de Canal Sur Radio que el dinero de las sillas y palcos debe estar en manos de los “interesados”, que entendemos son los abonados, así como su deseo de que sea destinado al socorro de las víctimas de la pandemia. El gobierno de mi Juan (Espadas) ha cedido el Alcázar para la asamblea de los hermanos mayores sobre el asunto. ¿Serán los nuevos héroes del Alcázar quedándose con los casi cuatro millones de euros de la recaudación? ¿Acaso alguno hará de Pedro I El Cruel? Próximamente el desenlace en las pantallas. La entidad Facua cuenta ya con tres dígitos los abonados de la carrera oficial inscritos en su plataforma.

Un tabernero agradece los envíos de abrazos virtuales, anuncia que no abrirá en mayo y que se está dedicando a pensar en ideas para su negocio de cara a septiembre. Se toma la crisis como una oportunidad. Los aplausos siguen sonando a las ocho de la tarde. Se oye el Himno de Andalucía. Después la Marcha Real en versión disco. La concejal de Fiestas de Málaga, señora Porras, ve viable celebrar la Feria si los plazos de las dichosas fases se cumplen. Se celebra en agosto y algunos cronistas la consideran como “la gran fiesta del Sur de Europa”. En el Ayuntamiento de Sevilla han leído la información, nos han mirado y les hemos dicho con la distancia bien guardada: “Ni una tontería en Sevilla para septiembre. La Feria, en 2021”. Si tenemos Velá de Santa Ana será un logro y ya después la feria de los belenes.

El personal está feliz con eso de salir de caminata. Queda muy chic alabar la responsabilidad de los padres con los niños de paseo, como si supiéramos cómo se portan los progenitores y sus retoños en Alicante, Vigo, Alcalá de Henares o Cartagena. Que alguien ponga cordura. Si las medidas denominadas aperturistas dan resultado no lo sabremos hasta unos diez o quince días después. Dejen las alabanzas del buenismo para su momento. Todo el mundo no es bueno, aunque así se titulara (más o menos) la genial película de Summers rodada en Sevilla. Harrier, el célebre manual de Medicina, llevó a su portada el coronavirus en el año 2016, cuatro años antes del estallido de la pandemia. Había unos hilitos… que diría el otro. La Moncloa debe ser un potro de tortura. España, el país de la envidia donde nadie con cabeza querría ser hoy presidente del Gobierno. Los muchachos que jugaban a ocupar los tronos han tenido mala suerte. Hoy haremos camino al andar.

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