El burladero de la pandemia

Varios políticos y personalidades se han pasado meses escondidos como para ser buscados por Paco Lobatón en aquel célebre programa "¿Quién sabe dónde?"

Un autobús urbano con la cartelería de fondo que indica la dirección a Huelva y Cádiz
Un autobús urbano con la cartelería de fondo que indica la dirección a Huelva y Cádiz / Juan Carlos Vázquez

Sevilla/Hay gente que ha desaparecido en los días de pandemia como aquel pobre Miguel que vivía en la montaña. Habría que rescatar el título del programa de Paco Lobatón: “¿Quién sabe dónde?”. Lobatón rescataba hijos y sobrinos perdidos a petición de sus familias. Y hasta hubo algún caso en que los encontró y el supuesto desaparecido replicó que estaba bien, muy a gusto y que lo dejaran en paz, ergo hay gente que va a por tabaco y no vuelve porque sencillamente no quiere.

Un poner. ¿Dónde ha estado la señora directora de la Guardia Civil, doña María Gámez? Es andaluza, por cierto. Y es más difícil de verla que a un cliente en un puesto de turrón de la Feria. ¿Y el defensor del Pueblo Andaluz, señor Maeztu?. Algo se le ha visto, pero con una frecuencia baja, como Rafael de Paula en los carteles de sus últimas temporadas. ¿Y la delegada del Gobierno en Andalucía? Nos ha sorprendido gratamente comprobar que doña Sandra García, una perfecta desconocida, visita mañana la sede del II Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME), donde se expondrá el material utilizado por esta unidad en el desarrollo de la Operación Balmis, así como el operativo de la campaña de lucha contra incendios forestales. ¿Y la defensora del Ciudadano que nombra el Ayuntamiento? Desde que José Barranca dejó el cargo no se oye nada de la actividad de esta oficina. ¿De verdad no ha habido asuntos en los que defender al sevillano durante estos meses? ¿Qué pasó con… Rosa Muñoz, que así se llama nuestra defensora ante la administración municipal?

Poco a poco hay personalidades que van saliendo de la cabaña. Que no todos son Jaime Bretón, el comisionado del Polígono Sur, con el que desayunamos, comemos y cenamos en los medios de comunicación. El veterano político del PP sabe que es bueno cualquier aldabonazo para llamar la atención sobre una de las zonas más pobres de España. Y empuja más que un miura en el peto. Por eso no se ha dejado ni un solo día sin actividad. Para Bretón no ha habido cabaña alguna. Como Bretón no depende del muy desprestigiado ministro del Interior, se ha podido mover con soltura. ¿Se han fijado que los cargos como la delegada del Gobierno o la directora de la Guardia Civil que dependen de Marlaska han estado en una especie de retiro mediático obligado?. Si esta semana salimos con buena nota del arranque de la fase 3 será el momento de evaluar con pausa qué papel ha jugado cada uno en estos meses de alarma.

Recuerden lo que tardamos en saber de verdad del presidente del Consejo de Cofradías, señor Vélez. No decía ni mú del dinero de las sillas pese a la suspensión de las procesiones. Menos mal que el rey Felipe lo encontró en Semana Santa porque algunos estábamos ya preocupados. Se hizo de rogar a pesar de que vivimos en la sociedad de las tecnologías de la comunicación. Costó, pero salió de la cabaña para devolver el dinero a los abonados. Triste derrota que nunca debió ser polémica. Y ahora anda contando por las calles las llamadas de apoyo que está recibiendo en privado, algunas muy delicadas por ser procedentes de cierto grupo del aeropuerto que de momento está inactivo. Amistades peligrosas... En Sevilla los apoyos privados son unos magníficos pésames. Conviene no oír esos cantos de sirenas.

¿Qué pasa con los trenes?

¿Qué pasó, por cierto, con los trenes en Andalucía en el primer día de la fase 3? El presidente Moreno nos da permiso para movernos por las ocho provincias, pero resulta que la frecuencia de los trenes sigue siendo igual de baja, bajísima, que en los días más duros del encierro. No es competencia de la Junta, sino del Ministerio de Fomento a cuyo frente está Ábalos, el Algarrobo del Gobierno. Pero la Junta puede y debe exigir que el horario de trenes se ajuste a este nuevo período. Si consultan la web de Renfe continúan los mismos horarios que del período del 29 de marzo al 11 de abril, la etapa con mayor restricción de movimientos durante el vigente estado de alarma. ¿De qué sirve que don Juanma me deje ir a Cádiz o a Huelva si me quitan el tren o me lo dejan al mínimo? Todos a coger el coche. ¡Más polución! Moreno tiene ante sí el riesgo de fiarse del comportamiento de los andaluces en las playas el próximo puente. Ya ha advertido al persona que las playas estarán todo el verano, que no se precipiten, que eviten las aglomeraciones y que sean prudentes.

El presidente andaluz pasa ahora de nuevo a gobernar verdaderamente Andalucía. Recordó en cierta manera al alcalde Monteseirín cuando cierto año sugirió a los sevillanos que dejaran el final de la Feria para los visitantes y que nos fiuéramos mejor a la playa.

Moreno no debería esperar nada bueno de la masa. Mejor que se encomiende a su advocación predilecta y ponga las mayores medidas de seguridad posibles en la costa dentro de sus posibilidades, un litoral que es bien grande y está superpoblado de playas urbanizadas. Al sentido de la anticipación de la que ha hecho gala la Junta habrá que sumar a partir de ahora la capacidad de reacción ante los problemas del día a día. Ya no valdrá culpar al mando único, salvo en el levantamiento del estado de alarma y poco más. Moreno sí podrá seguir exigiendo más millones del fondo especial del Estado para las autonomías, del que reclama un total de 1.665. Primero se le asignaron a Andalucía 1.070 y ya se le han concedido 1.308. Hay que seguir apretando. Llorar para mamar, hablar para existir.

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