Una flauta que ondula el tiempo

Luis Orden | Flautista

Luis Orden graba para Pearl Flutes, la marca de instrumentos de la que es artista internacional, un recital para flauta sola centrado en obras de compositores españoles

Luis Orden (Casteldefells, 1966) en el centro de Sevilla
Luis Orden (Casteldefells, 1966) en el centro de Sevilla / P.J.V.

La ficha

Ripples Over Time

1. Michael Thomas (1960): Ripples Over Time (2020).

2. Krzysztof Zgraja (1950): Estudio virtuoso flamenco No 1 (1996).

3. Santiago Delgado Llopart (1962): A lo lejos (2008).

4. Manuel Castillo (1930-2005): Trazos (1976).

5. Miguel Ángel Gris (1965): Monólogo: A Luis (1999).

6. Roberto Gerhard (1896-1970): Capriccio (1949).

7. Joaquim Homs (1996-2003): Soliloqui (1972).

8. Román Alís (1931-2006): Preludio y Cante Op.34 (1963).

9. Salvador Espasa (1957): Argos (1998).

10. Luis de Pablo (1930): Ouverture à la française, dúo para flauta y saxo (1994).

Luis Orden, flauta

Miguel Romero, saxofones (en 10)

Pearl Flutes

Aunque nació en Casteldefells (Barcelona) en 1966, Luis Orden es uno de esos músicos sevillanos de toda la vida, de los que los aficionados llevan décadas viendo en los diferentes escenarios de la ciudad. “Mi primera experiencia orquestal fue con la Bética que dirigía Luis Izquierdo en los años 80. Casi puedo decir que me formé con ellos. Toqué el piccolo, a veces hice de solista... Es una orquesta a la que le tengo mucho cariño.” Después de muchos años, Luis ha vuelto a tocar con el conjunto. “La Bética pasó por muchas vicisitudes y yo no volví a tocar con ellos hasta el proyecto de Michael Thomas. Me llamaron para hacer el Concierto de flauta y arpa de Mozart y desde entonces he seguido colaborando.” Siempre en el filo de la supervivencia, Orden tiene claro que “es una orquesta que no debe desaparecer. No al nivel de la ROSS, pero algún tipo de ayuda necesita. La Bética tiene su espacio en la ciudad. Da salida a muchos músicos, y además con un repertorio que no suele atender la Sinfónica”.

Bien conocido como profesor (estuvo veinte años en el Superior y ahora enseña en el Cristóbal de Morales), reconoce que “el mundo académico está muy enrarecido, pero no puedo aportar gran cosa para solucionarlo”. En cualquier caso la situación ha cambiado mucho desde sus años de estudiante. “Ahora hay muchos más alumnos, que tienen muchas más posibilidades de formarse. Hay mucha conexión internacional. Nos visitan muchos profesores de fuera... Cuando yo estudiaba, no podíamos ni ir a Madrid. Ir a Madrid suponía pasar una noche en las literas del Talgo. Era muy complicado moverse. Salir al extranjero era muy difícil.” Las quejas contra el sistema son innumerables, “pero salen buenos músicos. Muchos. Yo soy de los que piensa que el bueno sale siempre. Aunque hay una generación, la que tiene ahora entre 25 y 30 años, que no lo está teniendo fácil. Tanto en orquesta como en conservatorio las plazas están copadas. Y algunos son muy buenos. Lo digo por mi especialidad. Han salido estupendos flautistas”.

Luis Orden el pasado 28 de diciembre en el centro de Sevilla.
Luis Orden el pasado 28 de diciembre en el centro de Sevilla. / P.J.V.

Muy conocido por su dúo con la guitarrista María Esther Guzmán (“es extraordinaria, con la que más a gusto toco”), Luis Orden jamás ha dado un recital como flautista en solitario. Pero grabar es diferente. “Soy artista internacional de Pearl Flute desde hace 15 años. Hice un mini álbum con tres piezas del repertorio de cualquier flautista [Syrinx de Debussy, Density 21.5 de Varèse y el Estudio nº5 de Castérède]. Les gustó, y me ofrecieron la posibilidad de hacer un CD completo. La intención es dinamizar y promocionar la marca”.

La selección de piezas para el disco tiene un sesgo español e incluso sevillano, ya que hay obras de Manuel Castillo, pero también de Miguel Ángel Gris y Román Alís, que fueron profesores en Sevilla, y de Michael Thomas, otro sevillano adoptivo, cuya Ripples Over Time da título al álbum. “Le comenté que iba a hacer el disco y me escribió la obra. Es una pieza preciosa. Michael consigue expresar cómo las ondas sonoras de la flauta fluyen en el tiempo.”

La de Thomas no es la única obra del CD escrita para él. A finales de 1999, Miguel Ángel Gris le dedicó Monólogo a Luis, “una obra que explota al límite las posibilidades técnicas de la flauta de una manera introspectiva pero brillante y que estrené en febrero de 2000 en un ciclo de la Fundación Juan March”. Y en 2008 Santiago Delgado Llopart escribió Ventanas hacia cualquier otoño para su dúo con Guzmán: “Es una suite en ocho movimientos, que incluye uno para flauta sola, A lo lejos, pieza muy ecléctica que combina elementos de música popular con armonías modernas”.

Ripples Over Time - Luis Orden
Ripples Over Time - Luis Orden

Las vinculaciones sevillanas del CD están también en Trazos, una obra del “vanguardista Manuel Castillo de los años 70, con una vena muy poética”, y en Preludio y Cante Op.34 de Román Alís, obra datada en 1963, en sus años sevillanos, y que en sus dos movimientos combina “la ensoñación de gran riqueza melódica del primero con el sentido rítmico del segundo, que por momentos recuerda al pasodoble”.

Pese a la diversidad estilística del álbum, Orden quiso mantenerse siempre “alejado de las corrientes más experimentales de la modernidad. Estuve sopesando incluir Debla de Cristóbal Halffter, pero me pareció que rompía la línea estilística del disco. Para el próximo”. El álbum se cierra en cualquier caso con una obra de Luis de Pablo, compañero generacional de Halftter, la única que no es para flauta sola, ya que Ouverture a la française, de 1995, es un dúo con un saxofonista, aquí Miguel Romero: “Es una pieza tremenda, de enorme dificultad, que nos pide cambiar de instrumentos [flauta en sol, en do y piccolo; saxos soprano, alto y tenor], pero muy bien escrita para el instrumento, porque De Pablo fue flautista”.

Miguel Ángel Gris, Luis de Pablo y Luis Orden el 17 de marzo de 2005 tras un concierto en el Central de Sevilla.
Miguel Ángel Gris, Luis de Pablo y Luis Orden el 17 de marzo de 2005 tras un concierto en el Central de Sevilla. / D.S.

Distinta es Argos de Salvador Espasa, “obra que conocía, pero no había tocado nunca; es desenfadada, virtuosística, de una gran fuerza, con técnicas extendidas (voz y sonido, golpes de llaves), pero una estética casi minimalista, que nos puede transportar del vanguardismo a la música celta o a Jethro Tull y que tiene además un final sorprendente. Salvador es buen amigo y me ha dicho que le ha gustado mucho mi versión”.

Otro de los grandes de la música española del siglo XX, Roberto Gerhard, está presente con su Capriccio de 1949, obra de aspiraciones seriales, pero que incluye “elementos rítmicos hispanos, que se transforman de una forma casi cubista”, y su gran discípulo Joaquín Homs, con Soliloqui, de 1972, “obra intimista, en la que la flauta parece dialogar consigo misma”.

La única pieza de un músico no español del disco tiene en cualquier caso vinculación con la cultura local, ya que en su Estudio virtuosístico flamenco nº1, el polaco Krzysztof Zgraja “escribe unas variaciones a partir del inicio de la célebre Tocata en re menor de Bach que incluye rasgos del flamenco”.

"Me dejo llevar. No hago planes a largo plazo. La situación además no está para muchas conjeturas"

Luis Orden grabó el disco en Olivares siguiendo las instrucciones de Christopher Hampson: “Buscaba un ambiente acústico de cierta calidez y encontré un sitio que me gustó. Me planteé la grabación como si yo estuviera en el público, no sé, en la fila 5 o así, esa es la sensación que quería dar, y estoy contento con los resultados. En la marca también lo están”.

Orden no se plantea grandes proyectos para el futuro. “Me dejo llevar. No hago planes a largo plazo. La situación además no está para muchas conjeturas, y voy a cumplir 55 años.” Tiene previsto en cualquier caso grabar en breve un disco para IBS Classical junto a María Esther Guzmán. Aunque se resiste a contarlo, al final desvela parte de su contenido: “Tenemos previsto incluir la suite completa de Santiago Delgado, la Sonatina de abril de Castérède y la Sonatina de Ourkouzounov”. Las ondas de la flauta y de la guitarra otra vez combinadas. “Siempre me gustó la asociación de los dos instrumentos. Y María Esther es buenísima. La mejor con la que he tocado”.

RIPPLES OVER TIME EN SPOTIFY

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