Seat llega a los 60 años: desde el 600 al Q3
La compañía española celebra sus seis décadas de vida con la confianza puesta en el futuro
Seis décadas han transcurrido desde que Seat empezara a producir el mítico 600, el coche que motorizó España, hasta la asignación a la planta de Martorell (Barcelona) del nuevo todoterreno urbano de Audi, que será realidad el próximo año. Dos modelos, el 600 y el Q3, que representan el pasado y presente de una compañía que asegura estar más preparada que nunca para el futuro.
"Seat ha acompañado la modernización de este país desde una perspectiva industrial, laboral y social", señala el actual presidente de la compañía, el británico James Muir. La Sociedad Española de Automóviles de Turismo (Seat) nació en la primavera de 1950 de la mano de un conglomerado formado por el Instituto Nacional de Industria (INI), organismo público propietario del 51% del capital social de la empresa; siete bancos españoles (42%) y el fabricante italiano Fiat (7%), que aportó además su asesoramiento técnico y la licencia de producción de sus modelos.
En mayo de 1953 empezaba a funcionar la cadena de montaje de la fábrica, levantada inicialmente en la Zona Franca de Barcelona, y el 13 de noviembre de ese año salía el primer vehículo construido por Seat: el 1400A, el equivalente de entonces a la actual berlina Exeo.
Sin embargo, fue en 1957, con el lanzamiento del 600, cuando Seat alcanzó su mayor cota de éxito. El modelo fue bautizado como "el coche del pueblo" y tal fue su popularidad que llegó a convertirse en el vehículo más vendido en Finlandia. A pesar de que en los años 70 Seat logró convertirse en la mayor empresa industrial española, coincidiendo con la comercialización de otros exitosos modelos, como el 127 o el 133, la compañía encaraba los 80 con incertidumbre
En 1986 el grupo alemán Volkswagen adquiría el 51% de su capital, porcentaje que iría incrementando progresivamente hasta que en 1999 se hizo con la totalidad de las acciones.
Seat es ahora una marca joven, moderna y una pieza clave en el conglomerado alemán que el pasado año decidió adjudicar a la planta de Martorell la fabricación del nuevo Audi Q3, tras acordar los trabajadores en referéndum una congelación salarial. Gracias al esfuerzo de la plantilla han sido capaces de fabricar un coche Audi por primera vez en la historia de Seat.
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