Alemania desmantela la tumba de Hess, mano derecha de Hitler, para evitar peregrinaciones

Los restos del líder nazi, que se suicidó en la prisión de Spandau, serán incinerados y tirados al mar

Efe / Berlín

22 de julio 2011 - 05:03

Las autoridades bávaras desmantelaron la tumba de Rudolf Hess, el lugarteniente de Adolf Hitler muerto en 1987 como último reo de la cárcel berlinesa de Spandau, para acabar con las habituales peregrinaciones de neonazis al lugar.

Los restos mortales de Hess han sido retirados de su tumba, en la localidad bávara de Wunsiedel, de acuerdo con su familia, informaron ayer fuentes de la parroquia local. La acción se llevó a cabo la noche del miércoles, coincidiendo con el 67 aniversario del fallido atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944, cuando un grupo de oficiales encabezados por Claus Schenk von Stauffenberg intentó matar al dictador. La fecha se conmemora en Alemania como el símbolo de la resistencia contra Hitler y fue la elegida para el traslado de los restos de Hess, que, de acuerdo asimismo con la familia, serán incinerados para esparcir las cenizas en alta mar.

La tumba de Wunsiedel era lugar anual de peregrinaje para los neonazis, con motivo del aniversario de la muerte de Hess, el 17 de agosto de 1987, o en otras ocasiones.

Hess, lugarteniente de Hitler, se suicidó con 93 años el 17 de agosto de 1987 en la cárcel de Spandau bajo custodia de los aliados. Era entonces el último reo de la penitenciaria, donde cumplía cadena perpetua dictada durante los Procesos de Nuremberg y había pasado más de 40 años, por lo que en los ambientes neonazis era considerado una especie de mártir.

Hess expresó el deseo de ser enterrado ahí, donde reposan los restos de sus padres. Su tumba se convirtió así en lugar de veneración de la ultraderecha y las autoridades locales se vieron frecuentemente confrontadas con la tarea de tener que controlar marchas neonazis.

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