Arranca la legislatura en Italia sin acuerdo en ambas cámaras
Las presidencias siguen en el aire El principal socio de Bersani propone que se ceda al M5S el mando de la Cámara de Diputados
La XVII legislatura de la República italiana comenzó ayer oficialmente con la celebración de la primera sesión tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado, donde quedó reflejada la falta de acuerdo entre los distintos grupos para elegir siquiera a sus presidentes. Los grupos parlamentarios que salieron elegidos en los comicios de los pasados 24 y 25 de febrero dieron una nueva muestra de lo incierto del panorama político del país, que sigue sin perspectivas de un Gobierno tres semanas después de las elecciones, ante la fragmentación del Senado.
La primera sesión en ambas cámaras comenzó, como marca la Constitución, bajo la Presidencia provisional del senador de mayor edad, el vitalicio Emilio Colombo, y del diputado de mayor edad entre los vicepresidentes de la pasada legislatura, Antonio Leone, del Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi.
La jornada comenzó a las 10:30 en la Cámara Baja y media hora más tarde en el Senado ya con la certerza de que la elección de los presidentes encallaría, pues el Partido Demócrata (PD) del líder de la coalición de centroizquierda ganadora, Pier Luigi Bersani, había anunciado un voto en blanco.
A ese voto en blanco se sumó, entre otras, la formación de Berlusconi, llevada por la idea, como el PD, de intentar retrasar la elección de los presidentes para dar más tiempo a posibles acuerdos, algo que no han conseguido desde las elecciones en las que ganó la coalición de centroizquierda, lo que mantiene en el aire la formación del próximo Ejecutivo.
Esto hizo que el Movimiento 5 Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo fuera protagonista en su primera incursión parlamentaria, pues fue el único de los grandes en votar en bloque a sus candidatos a la Presidencia del Parlamento, Roberto Fico para la Cámara Baja y Luis Alberto Orellana para el Senado.
La normativa prevé que el voto sea secreto y que la elección del presidente de la Cámara Baja en las primeras tres votaciones logre una mayoría de dos tercios, es decir de 420 diputados, cifra que no alcanza por sí sola la coalición ganadora de las elecciones, que cuenta con 340 diputados. A partir de la cuarta ronda es suficiente con que uno de los candidatos a la Presidencia del hemiciclo obtenga el voto de la mitad más uno del total de los 630 diputados, con lo que la coalición de Bersani podría imponer su propuesta hoy.
En el Senado, que cuenta con un total de 315 legisladores electos, a los que deben añadirse los cuatro vitalicios, para la elección del presidente en las dos primeras votaciones es necesario que uno de los candidatos obtenga la mayoría absoluta, mientras que en la tercera es suficiente con la mayoría simple y en una cuarta se procedería al desempate entre los dos más votados.
La cuestión del Senado es la más ardua, pues el centroizquierda no llega por sí solo a la mayoría absoluta: no tiene asegurada no sólo conseguir la titularidad de la Cámara, sino ni siquiera poder formar un Gobierno estable.
La formación de Bersani sigue empeñada en pactar con el movimiento de Grillo cediendo la titularidad de alguna de las Cámaras a cambio de que el M5S les permita obtener la investidura en el Senado.
El principal socio de Bersani en la coalición de centroizquierda, el líder de Izquierda Ecología Libertad, Nichi Vendola, expresó su deseo de que se pueda llegar a votar para la Presidencia de la Cámara Baja al candidato del M5S, el partido en solitario más votado para este hemiciclo. Otro de los grandes protagonistas, por su ausencia parlamentaria, fue el senador Berlusconi, ingresado en un hospital de Milán desde hace una semana por problemas oculares, pero que se ha mantenido en contacto con su formación para abordar los primeros movimientos parlamentarios.
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