Los talibanes exigen la retirada de sus líderes de la lista negra de la ONU

Más de una docena de miembros del nuevo Ejecutivo afgano están incluidos en estos registros

Parte de Kabul el primer vuelo internacional "regular" con 115 pasajeros con destino a Doha

Fuerzas talibanes registran un vehículo en una carretera de Kabul.
Fuerzas talibanes registran un vehículo en una carretera de Kabul. / Efe
Efe

10 de septiembre 2021 - 00:18

Kabul/Los talibanes exigieron ayer que los nombres de sus líderes sean retirados sin falta de las listas negras de la ONU y de EEUU, un obstáculo para el nuevo Gobierno islamista anunciado esta semana, que se topó con muchos detractores.

Más de una docena de los miembros del nuevo gabinete del Gobierno interino de los talibanes, anunciado el martes, figuran en la lista negra de terroristas del Consejo de Seguridad de la ONU, muchos de ellos con órdenes de captura por las agencias de EEUU.

Los insurgentes consideran esta posición una clara violación del acuerdo de Doha

Entre ellos destaca Sirajuddin Haqqani, sobre quien pesa una recompensa de diez millones de dólares por parte de las autoridades estadounidenses por información que ayude a su captura y que fue nombrado esta semana nuevo ministro de Interior.

Sirajuddin, de 48 años, es el jefe de una de las agrupaciones insurgentes más temidas en Afganistán: la red Haqqani, fundada por su padre, Jalaluddin Haqqani, para luchar contra la invasión soviética en la década de 1980 y que se encuentra detrás de algunos de los atentados más sangrientos cometidos en territorio afgano.

La red Haqqani, designada como organización terrorista por EEUU, se asoció con los talibanes cuando el grupo islamista llegó al poder en 1996.

"Funcionarios del Pentágono han comentado que algunos miembros del Gabinete del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) o miembros de la familia del difunto Haqqani están en las listas negras de EEUU y siguen siendo objetivos", indicó en un comunicado el Gobierno de los talibanes, que tomó el poder del país el pasado 15 de agosto con la conquista de Kabul.

Para los talibanes, "esta posición es una clara violación del acuerdo de Doha que no beneficia ni a EEUU ni a Afganistán", en referencia al pacto firmado en febrero de 2020 entre Washington y los islamistas con el que se acordó la retirada de las tropas internacionales del país asiático.

Para los talibanes, "la familia del honorable Haqqani es parte del Emirato Islámico y no tiene un nombre ni una estructura organizativa separados", señaló el portavoz en el comunicado.

"De manera similar, en el acuerdo de Doha, todos los funcionarios del Emirato Islámico sin excepción formaban parte de la interacción con EEUU y deberían haber sido eliminados de las listas negras de la ONU y EEUU, una demanda que aún sigue siendo válida", remarcó.

Un ex funcionario del Gobierno de Afganistán dijo a Efe bajo condición de anonimato que alrededor de 15 miembros del nuevo Gabinete talibán están en las listas negras de la ONU y EEUU.

"No sólo son una amenaza para la seguridad de Afganistán, sino también para la seguridad de la región y el resto del mundo", dijo la fuente, que afirmó que en ese grupo están, además de Sirajuddin Haqqani y su tío y ministro de Refugiados, Khalil Haqqani, el máximo funcionario de los talibanes y nuevo primer ministro en funciones, el mulá Hassan Akhund.

La designación del gabinete provocó críticas de la comunidad internacional que cuestionó no sólo la presencia de líderes de la base dura del movimiento fundamentalista, sino también el poder entregado a individuos considerados como amenazas terroristas.

"El Emirato Islámico condena en los términos más enérgicos que EEUU y otros países estén haciendo declaraciones tan provocadoras y tratando de inmiscuirse en los asuntos internos de Afganistán", sentenciaron los talibanes en el escrito.

En medio de esta tensa relación de los talibanes con la comunidad internacional, el régimen islamista pudo celebrar ayer la partida del aeropuerto de Kabul del primer vuelo internacional "regular" con 115 pasajeros a bordo con destino a Doha.

"Esta tarde un avión de pasajeros qatarí salió del aeropuerto de Kabul con destino a Qatar, convirtiéndose en el primer vuelo internacional desde el aeropuerto de Kabul tras la retirada de las fuerzas estadounidenses" el pasado día 31, afirmó a Efe una fuente de los talibanes.

El vuelo de Qatar Airways fue posible después de que se activara la torre de control del aeropuerto y se habilitara el tráfico aéreo en Afganistán. "Ahora los vuelos internacionales pueden atravesar el espacio aéreo afgano", explicó la fuente.

Los pasajeros, en su mayoría afganos, tienen como destino final Reino Unido y Canadá, señaló.

El enviado del Gobierno qatarí a Kabul, Mutlaq al Qahtani, anunció ayer la reanudación de las operaciones del aeropuerto de Kabul, indicando que habrá vuelos entre Doha y la capital afgana. "En el aeropuerto de Kabul, por primera vez, habrá vuelos internacionales comerciales o chárter alquilados con pasajeros afganos" que tengan los documentos necesarios para viajar, dijo Al Qahtani, al estar el aeropuerto ya "operativo".

El G-7 impedirá que Afganistán sea un santuario terrorista

Los ministros de Interior y Seguridad de los países del G-7 subrayaron en un encuentro en Londres su voluntad de estrechar la cooperación para evitar que Afganistán se convierta en "un santuario" para terroristas. Los representantes del club de países ricos participaron entre el martes y ayer en un foro organizado por el Reino Unido, que ocupa la presidencia de turno del G-7 (países más industrializados), en el palacete de Lancaster House de la capital británica. En el comunicado de conclusiones de la reunión, divulgado por el Gobierno británico, los ministros recalcaron su disponibilidad para compartir información sobre "individuos de interés" entre países aliados, siempre que sea "posible y apropiado", para facilitar las operaciones contra el terrorismo. Asimismo, subrayaron su "compromiso para responder de manera efectiva a la migración irregular" y condenaron la "instrumentalización de personas vulnerables y migrantes por motivos políticos".

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