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Aniversario de la captura del dictador Miles de personas desaparecieron durante su mandato

Aquella tarde en Londres...

  • Se cumplen diez años de la detención de Augusto Pinochet por orden del juez Baltasar Garzón, lo que abrió paso a varios juicios contra represores de toda calaña

La inesperada detención del dictador Augusto Pinochet en Londres el 16 de octubre de 1998 marcó el inicio de los juicios internacionales contra varios ex gobernantes que violaron los derechos humanos.

Su captura, cuando visitaba Europa con pasaporte diplomático, terminó por quebrar la transición política en Chile, donde el ex general estaba reconocido como senador vitalicio, con derecho a guardaespaldas y una dieta de miles de dólares, en un país con tres millones de pobres.

A diez años de su detención y a casi dos de su muerte, el destino de la mayoría de los 1.200 detenidos desaparecidos que dejó su régimen aún es una herida abierta para sus familiares. La mayoría jamás encontrará sus cuerpos.

Ello pese a que 616 represores son juzgados en tribunales locales, de los cuales 22 purgan sentencias, incluidos los jerarcas de la Policía secreta. Coincidencia o no, la mayoría de los procesos estallaron tras la muerte de Pinochet el 10 diciembre de 2006, día de los Derechos Humanos.

Otro tema aún sin resolver es lo que hicieron Pinochet, su familia y sus asesores con 27 millones de dólares que ocultaron en una maraña de inversiones en Estados Unidos y en paraísos fiscales caribeños, como Islas Caimán.

Según investigaciones judiciales en Chile, Pinochet usó 27 alias para ocultar sus activos. John Long y Daniel López fueron los nombres más repetidos.

Las operaciones fueron descubiertas por el Senado de Estados Unidos durante una investigación sobre financiación del terrorismo, iniciada tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Pero el cambio central para el mundo fue que viajar al extranjero nunca más fue un acto impune.

El líder cubano Fidel Castro cuidó desde entonces sus giras, mientras que las peticiones de juicios contra ex dictadores de América Latina crecieron en España, Francia e Italia, países de origen de ciudadanos asesinados por los gobiernos de facto que rigieron la región desde 1970 a 1980.

Tampoco faltaron iniciativas, con menor éxito, contra el presidente George W. Bush y el ex mandatario español José María Aznar por las muertes en Iraq, que suman cientos de miles según Amnistía Internacional.

Pinochet, quien en la cima de su poder advirtió que "no se movía una hoja" en Chile sin que él lo supiera, fue apresado sin oponer resistencia y convaleciente en The London Clinic, por dos policías ingleses que cumplían una orden del juez español Baltasar Garzón.

En honor al hecho, un grupo de jóvenes fundó en Chile una revista de sátira política llamada The Clinic, que término siendo el medio más leído del país en los últimos diez años.

Nadie en el país creyó que Pinochet permanecería cautivo más de un par de días, en virtud del juicio iniciado en Madrid por el médico español Joan Garcés, amigo de Salvador Allende, quien fuera derrocado por Pinochet en septiembre de 1973.

La amistad del general retirado con la ex primera ministra británica Margaret Thatcher parecía blindarlo. Incluso la propia Dama de Hierro lo visitó en su casa-prisión en las afueras de Londres, criticando la deslealtad de Gran Bretaña con su aliado.

En una decisión que enfrentó al país, el Gobierno chileno de entonces, liderado por Eduardo Frei, criticó la acción judicial y defendió la no extraterritorialidad de la ley. La cara visible de la campaña fue el canciller José Miguel Insulza, hoy secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien pese a las críticas de entonces de su Partido Socialista, podría convertirse en en el futuro presidente de Chile.

Tras su regreso a Chile en marzo de 2000, se le siguieron más de 300 juicios pero ninguno llegó a su fin bajo el alegato de demencia por parte de la Corte Suprema, lo que le permitió morir octogenario y libre en el Hospital Militar.

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