Crítica de Teatro

Buena factura, poca novedad

Las hermanas Rivas tienen una extensa vida, cinco años en la cartelera madrileña. Un lustro demuestra que los argentinos Adriana Roffi (autora y directora) y Mariano Rochman (coautor e intérprete) han acertado con su propuesta.

Y, ciertamente, lo hacen con el trabajo escénico, con la interpretación de Luciana Drago y Regina Ferrando, y, por supuesto, el de Mariano Rochman. La dirección de Adriana Roffi dota la pieza de una buena atmósfera en la que se pasa de la comedia social al drama y de ahí al thriller. Los intérpretes, permanentemente en escena, dibujan unos personajes de clase baja, con pobreza en el lenguaje y en sus acentos, carne de suburbio a las que el texto, inspirado en un cuento de Borges, los quiere sublimar.

Y es en este proceso donde me cuesta entrar en este planificado esquema. De pronto veo demasiadas referencias, Lorca y su Bernarda, Ugo Betti y su Delito en la isla de las cabras. Hasta el film El seductor de Don Siegel. Pero me quedo esperando que se aporte algo nuevo ante la posibilidad del poliamor y no que se abunde en lo ya conocido.

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