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Lucía, la protagonista de la película No te supe perder, adaptación de la novela homónima de Salvador Navarro, es una mujer "descolocada, aburrida de llevar siempre la misma dinámica de vida". Así ve a su personaje la actriz Marisol Membrillo, que en el filme se mete en la piel de "alguien que lleva mucho tiempo con su pareja, con la que tiene una relación en la que los roles están muy definidos y son ya muy repetitivos. Hay gente a la que le sienta bien tener una zona de confort, y otros que se asfixian con eso, que es le ocurre a Lucía", expone la intérprete cordobesa. Esa mujer hastiada de su monotonía se topará con "algo que no es bueno para ella. Hay veces en que alguien quiere coger las riendas de su vida, pero toma decisiones desafortunadas. Éste es el caso".
Porque No te supe perder, que llega este viernes a los cines, aborda el maltrato "desde una perspectiva valiente que no tiene por qué gustar a todo el mundo", expone el director Manuel Benito de Valle sobre una película que plantea la cuestión desde varias perspectivas, entre ellas la del propio maltratador. "Yann (Hieman Casado) es tan errático como humano. Me gustaría pensar que hace cosas inhumanas, pero por desgracia muchos hombres actúan como él. No ve las aberraciones que comete como tales, se victimiza, se justifica, en muchos sentidos tiene mecanismos mentales por los que nos movemos también nosotros", asegura el realizador.
La película, añade Membrillo, "no lo presenta a él en un principio como el malo, no dispone al espectador para que se diga: éste es un hijo de puta. Es alguien al que las circunstancias de la vida han llevado por determinado camino, que el espectador va descubriendo". Lucía, que es "lista", no sospecha de la crudeza del vínculo que establece hasta que ya es "demasiado tarde. Las mujeres que soportan a un maltratador no se dan cuenta de la gravedad de la situación hasta que no están muy involucradas en la relación. Hay que tener mucha valentía para salir", prosigue Membrillo.
Manuel Benito de Valle, que tras proyectos como el documental Knockoutkuba se enfrenta aquí a su primer largometraje de ficción, decidió adaptar la novela de Navarro -que ahora edita Algaida- porque encontró en ella una obra "muy cinematográfica", pero también "un desafío inmenso, ya que la historia tenía muchos personajes y trataba temas importantes". El director admite que el poco presupuesto con el que contaban -la película se levantó gracias al crowfunding- no pesó tanto como su desconocimiento de los actores. "Aprender a hablar con ellos es algo muy complicado que nadie te enseña y que todavía estoy muy lejos de dominar", confiesa.
No te supe perder llega al fin a la cartelera tras un largo proceso de creación. Se empezó a rodar en 2011, pero "problemas técnicos que tuvimos, o que me tomé el montaje con calma y surgieron entre tanto otros proyectos", dice el director, retrasaron la película. Tras presentarse en los festivales de Kosovo y Madrid, la cinta desembarca en los cines. "Espero que la gente valore que se trata de un trabajo artesanal, que ha costado mucho hacer", desea Marisol Membrillo.
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