Cosas que se pueden hacer con el lenguaje

Exposición de Jenny Holzer en el Guggenheim de Bilbao

El Guggenheim de Bilbao muestra la obra de la artista y activista estadounidense Jenny Holzer, que viene en los últimos años prestando especial atención a la denuncia y al testimonio

'Ariete', una de las obras de Jenny Holzer presentes en la expocisión del Guggenheim de Bilbao.
'Ariete', una de las obras de Jenny Holzer presentes en la expocisión del Guggenheim de Bilbao. / D. S.
Juan Bosco Díaz-Urmeneta

06 de mayo 2019 - 17:45

La ficha

'Lo indescriptible'. Jenny Holzer. Museo Guggenheim de Bilbao. Hasta el 9 de septiembre

"Más vale ser ingenuo que insensible". "Se habla para disimular la incapacidad de actuar". "La verdadera libertad es aterradora". Son tres de las muchas frases que Jenny Holzer (Gallipolis, Ohio, Estados Unidos, 1950) distribuyó por Nueva York en carteles o tarjetas. Las llamó Truisms. Traducimos la palabra como aforismos pero en inglés significa perogrullada. Sin duda lo son pero, por su misma sencillez, golpean: dan que pensar.

Muchos artistas conceptuales centraron su trabajo en el lenguaje. Holzer lo hizo para provocar el pensamiento o, mejor aún, para suscitar la conversación. Los Truisms no son consejos morales. Son incitaciones. Más tarde llevó estas frases a internet. En la web Please Change Beliefs invita al visitante a modificar sus frases o contradecirlas, y así intercambiar creencias y criterios. Los textos del lector, ya reafirmen, critiquen o contradigan a los de la autora, se incorporan a la página.

Desde aquellas primeras obras han pasado 40 años. Holzer dio por terminada Truisms en 1979 e inició Ensayos incendiarios. Frases también, pero de filósofos y líderes políticos (de muy diversa ideología). El tono es ahora el del activismo. Truisms, impresos en papel blanco, y Ensayos incendiarios, en papel de color, tapizan una sala del Guggenheim. En dicho espacio hay además dos inscripciones sobre piedra: son bancos o quizá sarcófagos, porque Holzer quiso con estas obras llamar la atención sobre el sida.

Para ayudar a los enfermos de sida realizó Holzer las grandes columnas de leds móviles que animan un espacio del museo bilbaíno desde su inauguración. Los textos (que no se refieren al síndrome) difieren de los citados hasta aquí. "Te huelo en mi piel", "Digo tu nombre", "Respiro tu aliento": forman una poética sobre el amor, el sexo, la memoria, la muerte.

Pieza de la serie 'Supervivencia' con la inscripción "Los hombres nunca te protegerán".
Pieza de la serie 'Supervivencia' con la inscripción "Los hombres nunca te protegerán". / D. S.

El led es un soporte fértil. Menos directo que el papel y menos firme que la piedra, conecta sin embargo con el tiempo del urbanita y es así un medio eficaz del arte público. Supervivencia y Vivir (series que incluye la exposición) las llevó Holzer a paneles publicitarios en Times Square, lugar emblemático de Nueva York. El lenguaje es en estas series más directo aunque no rehúye la ambigüedad, germen a veces de la reflexión. Certeras frases de Holzer se inscriben en estas series: "Los hombres nunca te protegerán", "El abuso de poder llega sin ruido", "Estoy atenta al lugar donde las mujeres mueren" o "Protégeme de lo que deseo".

En trabajos recientes Holzer cambia el uso del lenguaje. Cuanto ha sucedido durante los últimos 20 años lo justifica: cultiva sobre todo la denuncia y el testimonio. No deja por eso de otorgar su espacio al espectador. Testimonios y denuncias adquieren el tono preciso para lograr un distanciamiento. No quiere indignados por identificación sino rechazos derivados del pensamiento. No quiere provocar contagios sino despertar la sensibilidad perdida.

De este modo, para denunciar el tiroteo del instituto de Parkland (Florida) que costó la vida a 17 jóvenes Holzer recurre a furgonetas pintadas de negro en las que sólo aparecen frases aisladas que evocan el desastre sin describirlo. Así sugiere al transeúnte el dislate de la venta de armas en Estados Unidos y el desmedido poder de la Asociación Nacional del Rifle.

'Púrpura', una instalación de 'leds' y neones.
'Púrpura', una instalación de 'leds' y neones. / D. S.

Más allá de estas intervenciones, de las que da breve cuenta, hay en la muestra obras como Declaración jurada: son testimonios recogidos por la investigación de lo ocurrido en la base militar Gardez (Afganistán) y señalan la impunidad de los militares de Estados Unidos que protagonizaron aquellos hechos. Los textos se deslizan en un vástago vertical sobre otra obra, Ariete, un largo panel donde aparecen poemas de Anna Swirszczynska, enfermera que vivió la destrucción nazi de Varsovia y que sólo después de 30 años logró escribir sobre aquel desastre.

Hubo una guerra recoge 131 relatos de organizaciones humanitarias sobre los refugiados y en general, las víctimas de la transformación de la primavera árabe en Siria en guerra civil y después en conflicto geoestratégico. Púrpura se antoja una instalación de neón y leds de corte minimalista, pero si vas por la oscura sala hasta la obra, ves que las 19 formas curvas de brillantes colores desgranan un texto que Holzer escribió durante la guerra de los Balcanes. Se titula Crimen sexual y denuncia el uso de la violación como arma de guerra. En la misma sala, suspendida en el aire, una franja horizontal reúne testimonios recogidos por organizaciones humanitarias de mujeres supervivientes a agresiones sexuales y violaciones.

Aún queda algo por reseñar. Holzer estudia los documentos desclasificados por la CIA y elabora con ellos ¿pinturas? donde la tachadura es a la vez ironía y denuncia. Otra sala reúne obras que la autora valora especialmente. Algunas son suyas, otras las ha pedido para incluirlas en la muestra. Citaré sólo tres nombres: Kara Walker, George Grosz y Louise Bourgeois.

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