Jodie Foster: "La parte herida de las personas es la más atractiva"

La directora estadounidense desembarca en la cartelera española con 'El castor', película protagonizada por Mel Gibson.

Jodie Foster: "La parte herida de las personas es la más atractiva"
Jodie Foster: "La parte herida de las personas es la más atractiva"
Mateo Sancho Cardiel (Efe) / Cannes

27 de mayo 2011 - 12:54

Aunque Hollywood ha sido el gran exportador del sueño americano, la superdotada oficial del cine, Jodie Foster, centra en la derrota su tercera película tras las cámaras, El castor, protagonizada por Mel Gibson, con la que demuestra que "la parte herida de las personas es la más atractiva". "Las tragedias te ayudan a comunicarte, son lo que te hace darte a los demás y darles un abrazo. Simplemente, hay que entender que la vida es dura", explica Jodie Foster, quien regresa a la cartelera española para abordar una nueva cuestión esencial del ser humano: el fracaso.

Foster, que analizó las contrapartidas del superdotado en El pequeño Tate y reescribió los vínculos familiares en A casa por vacaciones, hace terapia ahora con su amigo Mel Gibson, cuya carrera ha caído en picado a raíz de sus escándalos personales, y a quien obliga a hurgar en sus lastres. Para salir del agujero, una solución tan naíf como una marioneta de un castor, a través de la cual se comunica y que le hace deshacerse del peso de un pasado marcado por el error en un filme presentado en el Festival de Cannes y que ha sido un sonado fracaso de taquilla en EEUU.

"Es una película sobre la creatividad como vitalidad. Este hombre ha estado dormido, deprimido y cree que las únicas opciones son morir o vivir así para el resto de su vida", explica Foster. Por eso, cuando Gibson se pone la marioneta "vuelve a vivir, tiene creatividad de nuevo, quiere ser un artista", explica Foster, quien desarrolla en este filme un perfil sensible, pero nunca sensiblero, pues esconde bajo la apariencia de la amable fábula familiar una compleja reflexión sobre la depresión.

La interpretación impúdica de Mel Gibson, que muestra una parte inédita de su talento y, según la directora, también de sí mismo, ha eclipsado a la segunda línea argumental de esta cinta. "La película está contada en dos historias: el padre que se derrumba y el hijo que está avergonzado, no quiere ser como él pero tiene miedo de no poder evitar acabar siéndolo", resume Foster. "Esa historia es una de las partes más emocionantes de la película, porque a todos nos pasa. No queremos ser como nuestros padres, pero nos encontramos irremediablemente caminando en esa dirección".

Y allí, además de la "lucha por cambiar a uno mismo", se encuentra con el espejismo del éxito gracias al personaje que interpreta Jennifer Lawrence y que se enamora del hijo de Mel Gibson, interpretado por Anton Yelchin. "Ella parece perfecta, tiene todo lo que se podría pedir: cheerleader, guapa... pero la parte que le hace atractiva a los ojos de su chico es la parte que está herida, la que no entiende. Allí es donde conectan", asegura.

Es ahí donde Foster, capaz de sobreponerse a ser la niña prodigio del cine estadounidense de los 70, ganar dos Óscar por Acusados y El silencio de los corderos y ser muy respetada como directora, reivindica con fuerza que ni el éxito ni el fracaso tal como socialmente se entienden tienen que ver con la felicidad. "A veces deberíamos saber mirar más allá de las convenciones y ser capaces de encontrar que si alguien está feliz, no debería importarnos la manera de conseguirlo", en referencia a esa herramienta de superación de Mel Gibson que da título al filme y que es mirada por su entorno con vergüenza ajena.

Por eso, en la película reta al espectador a un juego de imaginación, de ingenuidad y de abstracción, del que es ejemplo "el hijo de siete años, que mira a su padre, que le había ignorado durante muchos años, y no le importa que tenga esa marioneta en la mano. Simplemente siente que se alegra de haberlo recuperado", asegura.

Y hablando de recuperaciones, Foster parece que también va a retomar el pulso a su carrera como actriz con Carnage, de Roman Polanski, basada en la obra de Yasmina Reza Un dios salvaje, y Elysium, al lado de Matt Damon. Pero en el tintero sigue su eterno proyecto como directora: Flora Plum, drama circense que siempre quiso rodar con Russell Crowe. "Se han hecho muchas películas sobre circo en todo este tiempo, y de alguna manera siento que ya la he hecho. La preparé, tuvimos ensayos... así que sí, dentro de mí que Flora Plum ya está hecha", concluye.

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