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CULTURA

Marta Robles: “Me adentré en la literatura poco a poco por respeto y por prudencia”

La periodista Marta Robles durante una visita a Sevilla.

La periodista Marta Robles durante una visita a Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

El viaje literario de la periodista Marta Robles comenzó en 1991 con la biografía El mundo en mis manos (Grijalbo Mondadori) sobre Pedro J. Ramírez. Para elaborarla, llegó a realizar hasta 500 entrevistas al periodista siguiendo un modelo de escritura que estaba en auge en Estados Unidos, en el que el reportero se encargaba de escribir la biografía del protagonista. "Me lie la manta a la cabeza y decidí aceptar un encargo que fue muy complicado, porque estuve un año y medio al lado de Pedro J., recogiendo información, haciendo entrevistas, yendo de un lado para otro y escribiendo siempre desde su punto de vista", indica a este periódico Robles.

Recuerda que no dudó en llevar a cabo la propuesta. Desde que sus escritos postulaban para ganar certámenes literarios infantiles y juveniles, anhelaba ese momento en el que su nombre formara parte de la portada de una obra. Una oportunidad que apareció repentinamente con El mundo en mis manos, que mereció los elogios del novelista Francisco Umbral y que le abrió las puertas a La dama del PSOE (Nuer), su siguiente biografía sobre la política y sindicalista Carmen Romero.

"Me considero una mujer prudente", recalca la madrileña y afirma con rotundidad que los libros han sido una suerte de vía de escape permanente. "Estos dos motivos, la prudencia y el respeto por la literatura, provocaron que me adentrara poco a poco en la ficción. Hasta 2001, mis ensayos eran de carácter periodístico, pero a partir de ese año eran absolutamente literarios". Ese año se lanzó con su primera novela, Las once caras de María Lisboa (Planeta), en la que retrató, a través de once relatos, a diferentes mujeres bautizadas con el mismo nombre. Con una firme defensa de la igualdad, en una época en la que los temas feministas no copaban titulares ni tertulias televisivas, Robles puso el acento en que las únicas diferencias radican "en dónde nazcamos, las circunstancias en las que lo hagamos y de quién nos enamoremos".

Cuando los temas feministas no ocupaban debates televisivos

La escritora sabía que quería adentrase en el "universo de las mujeres" profundizando en temáticas como los malos tratos, o el techo de cristal. De hecho, en 2008, escribió la novela Diario de una cuarentona embarazada (Planeta), "absolutamente desmitificadora del embarazo y de la maternidad. Además, yo lo abordaba desde el prisma de una edad que entonces parecía avanzada y hoy es la media de las madres". Considera que el haber tenido claro ese deseo de abordar los derechos de la mujer sirvió para crear una estela que después "siguieron muchos compañeros y compañeras". A veces se plantea recuperar algunas de las obras que tiene fuera de catálogo, dada la relevancia que ha tomado el feminismo en los últimos años, y afirma sentirse orgullosa de ser una precursora y haberse atrevido "a iniciar una corriente".

Pero los derechos de la mujer no son las únicas materias que ha tratado en sus obras. La historia y la intrahistoria, es decir, "la trastienda de las cosas" ocupan gran parte de sus escritos, principalmente en sus obras de no ficción. Su curiosidad innata y su compromiso con los temas sociales la han llevado a responder algunas cuestiones difíciles de plantear a través de la literatura: "¿Qué estamos dispuestos a hacer para conseguir ser padres?, o si ser progenitor es verdaderamente un acto de generosidad".

De hecho, señala que cuando decidió adentrarse en la novela negra abordó la trata de mujeres con fines de explotación sexual en La chica que no supiste amar (Espasa), tercera parte de la saga que protagoniza su detective Roures. "Adentrarme en ese mundo fue muy doloroso, porque compartí la vida de cinco mujeres nigerianas que me explicaron al detalle todas sus historias. Fue de una dureza brutal y decidí que tenía que hacer una pausa en el género negro", recuerda.

En ese punto dio un giro de guion para entregarse a las "pasiones carnales de los poderosos del siglo VIII hasta el XX" y, posteriormente, "a las historias de amor y desamor de los grandes creadores" con su última obra, Lo que la primavera hace con los cerezos (Planeta).

Ganadora del Fernando Lara en 2013

Aunque considera que todavía le queda "todo" por contar y ya tiene en marcha dos novelas, su viaje literario protagonizó uno de sus grandes hitos en 2013 . Robles ganó el Premio Fernando Lara con su novela Luisa y los espejos (Planeta) durante un año "muy malo para la industria editorial, yo creo que el peor en España".

A pesar de ello, lo recuerda como un "espaldarazo verdaderamente excepcional", porque gracias a esta novela pudo viajar y estar dedicada a un mundo por el que siente pasión: el arte.

Mañana recibirá el Premio Factoría de las Letras, que otorga el Ayuntamiento de La Rinconada, por su trayectoria. Afirma sentirse emocionada y orgullosa, porque ha tenido la oportunidad de ver "de cerca" el compromiso enorme del municipio con la cultura.

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