Savater: "La lectura nos permite descansar de ser nosotros mismos"

Fernando Savater tiene una agenda apretada siempre. Y este mes, el de la primavera y las ferias del libro, aún más con compromisos que le llegan desde los dos hemisferios del planeta. "Ésta (la de Sevilla) es mi segunda feria del mes. Acabo de volver de la de Buenos Aires, una feria multitudinaria, hermosa, en la que he estado en muchas ocasiones", dijo. Le quedan, según apuntó, tres ferias más que visitar. La de Turín, adonde viaja mañana, en la que participará en un homenaje a Claudio Magris; la de Montpellier, la cita más importante de Francia con la letra impresa; y, por último, el 30 de mayo, la de Madrid. Intervenciones en diferentes ciudades que, para el pensador, "tienen algo en común: el fervor de los lectores". Los libros, dijo, "son una razón para conocernos entre las personas y romper barreras humanas de la sociedad" y las ferias son "la oportunidad para confraternizar con los autores y perder el miedo hacia ellos". Aunque, a veces, este encuentro lleve a desengaño: "Cuando tengo a un autor que admiro, vacilo bastante en conocerlo -confesó- porque he llegado a pensar cuando he conocido a alguno: '¿cómo este hombre puede escribir obras tan maravillosas siendo como es?".

Sin embargo, el pregón inaugural del autor de Ética para Amador no se centró en el escritor sino en el libro como "puerta hacia la libertad", según adelantó la consejera de Cultura, Rosa Torres. "De alguna forma, vivimos encerrados: en un tiempo irreversible, en nuestro cuerpo, en nuestro mundo..." , los libros son "la llave que permite a la personas entrar en los secretos de la vida", declaró el donostiarra.

Savater además comparó la lectura con una "farmacia con remedios para todo tipo de males: como la melancolía, la falta de ánimo, como viagra, o para (combatir) el aburrimiento". Ya que, entre otras virtudes, "la lectura nos permite descansar de ser nosotros mismos" y llegar a descubrir mundos que sólo habitan en los libros, "como el País de Nunca Jamás o la Tierra Media de Tolkien".

Por el disfrute que conlleva zambullirse en las páginas impresas y "adentrarnos en lo desconocido", Savater advirtió que "no hay que alentar al niño en la lectura por el camino de la obligación, sino por el de la diversión". Lector apasionado desde pequeño, el prolífico autor recordó cómo su madre esperaba "impaciente cada dos años" la llegada de la nueva novela de Ágatha Christie, porque a la lectura se suele llegar por contagio", dijo.

Cansado del debate sobre el fin del libro, Savater recordó que "ninguno de los clásicos como Aristóteles o Séneca leyó un libro como hoy se entiende, sino en otros soportes como rollos o cilindros y nunca dejaron de leer", por ello aventuró que aunque cambie el soporte lo importante es "leer y la capacidad multiplicadora de la lectura". Aunque confesó que la llegada del libro electrónico no le preocupa ya que ha tenido la "suficiente previsión" de tener libros hasta el final de su vida.

Su intervención ágil y fervorosa contrastó con la institucional, de treinta largos minutos, a cargo de la consejera de Cultura, Rosa Torres, la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, el presidente de la Asociación de la Feria del Libro, Francisco Vélez y, el director de la Feria, Javier López. "Los buenos pregoneros, como los buenos libros, saben a poco. Pero fuera hay más (libros)", exhortó Torres a un abarrotado auditorio, de casi 250 personas (más de 50 de pie) en la Carpa de la Plaza Nueva, que salió contagiado de la pasión lectora de un pensador incansable que concluyó su pregón con una cita de la poetisa norteamericana Emily Dickinson: "No hay ninguna fragata como un libro para llevarnos a tierras lejanas".