Cultura

Sorolla en su luz más hermosa

  • El Museo del Prado abre hoy al público la antológica más importante dedicada al pintor tanto dentro como fuera de España · Podrá verse hasta el 6 de septiembre e incluye los paneles de la Hispanic Society

Gozó siempre del favor del público pero ha tenido que esperar cien años para que la crítica y la principal pinacoteca de su país le redescubran como el más internacional de los pintores de su tiempo, un autor cuyo magisterio tuvo también un hondo alcance en el vanguardista siglo XX. El Prado corona hoy a Joaquín Sorolla como el pintor español más importante entre Goya y Picasso a través de una ambiciosa exposición que reúne por primera vez 102 de sus lienzos, incluidas todas sus obras maestras.

Hasta el próximo 6 de septiembre, las salas A, B, C y D del ampliado Edificio Jerónimos acogerán esta cita titulada Joaquín Sorolla (1863-1923). Se trata de la antológica más importante dedicada al artista valenciano tanto dentro como fuera de España y permite recorrer lo mejor de su producción, incluyendo los 14 paneles de la Visión de España pintados para la Hispanic Society of America que Bancaja trajo a España en 2007 para exhibirlos en una itinerancia que recaló, con extraordinario éxito, en Sevilla el año pasado. Junto al apoyo de esta entidad bancaria, ha sido esencial la colaboración del Museo Sorolla de Madrid, que aporta catorce obras -entre ellas, algunos de sus lienzos más destacados- y la implicación de numerosas colecciones privadas e instituciones de todo el mundo.

Comisariada por José Luis Díez, jefe de conservación de pintura del siglo XIX del Museo del Prado, y por Javier Barón, jefe del departamento de pintura del XIX de dicha pinacoteca, la muestra ofrece una lectura de Sorolla que trasciende sus costumbristas escenas marineras para ahondar en la huella que de Velázquez ofrece su pintura y en sus retratos más intimistas. Agrupados por orden cronológico, se reúnen sus primeros éxitos juveniles en un recorrido que termina con la plenitud de sus obras de madurez. Esta estructura, según explica la dirección del Prado en su página web, pretende poner de relieve la importancia que adquirieron las distintas temáticas en cada período de la carrera de Sorolla.

La visita se inicia con el lienzo El Palleter declarando la guerra a Napoleón, que supuso su pasaporte para completar su formación en Italia, y continúa con los cuadros de pintura social que le dieron su primera fama en las últimas décadas del siglo XIX. A continuación, un amplio catálogo de retratos pone de manifiesto la profunda influencia de Velázquez en sus composiciones durante los primeros años del siglo XX. Destaca entre ellos Desnudo de mujer, personal homenaje a la Venus del espejo.

En otro ámbito se exhiben sus mejores escenas de playa, pintadas en 1908 y 1909. Son cuadros como El baño del caballo o Chicos en la playa, verdaderos iconos de la alegría de vivir que Sorolla degustó en aquellos veraneos en la Malvarrosa. La muestra concluye con su celebrada pintura de paisaje.

Debido a su particular significación y gran formato, los catorce paneles de las Visiones de España pintados para la biblioteca de la Hispanic Society ocupan una sala completa. Tras la clausura de la muestra -que ayer fue inaugurada oficialmente por la Reina- estas monumentales pinturas, que según los comisarios "constituyen el más fastuoso proyecto decorativo de la fecundísima carrera de Sorolla, además de servir como epílogo y síntesis de toda su producción", viajarán a Valencia para, desde allí, regresar definitivamente a Nueva York en enero de 2010.

Para el comisario José Luis Díez, con esta magna exposición se salda al fin la "deuda histórica" del museo con uno de los grandes pintores españoles, y se le sitúa "dentro del lugar que le corresponde", ofreciendo al visitante una ocasión "única e irrepetible" de conocer lo mejor de toda su obra.

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