Taller Sonoro | Crítica

Ondas espectrales y otras yerbas

Taller Sonoro en el Espacio Turina

Taller Sonoro en el Espacio Turina / P.J.V.

A finales de abril de 2019, Taller Sonoro ofreció en el Teatro Central un concierto dentro del proyecto Descubriendo a Jóvenes Compositores de Europa (DYCE, por sus siglas en inglés), que comparte con otros tres conjuntos europeos que tocaron ese mismo día en sus ciudades de residencia (el Ensemble U en Tallín, Divertimento Ensemble en Milán y Cikada en Oslo). El proyecto, sostenido por la Unión Europea, tenía el formato del concurso. De los doce compositores seleccionados para aquellos conciertos de la primavera de 2019 se escogió un ganador de cada ciudad y a ellos cuatro se les encargaron las obras que tendrían que haber sido estrenadas en mayo pasado. La pandemia provocó su retraso hasta este lunes en una matinal sin público (una espectadora compartió patio de butacas con este crítico) que fue grabada para ser emitida mañana por los canales europeos previstos, por lo que el concierto tuvo un carácter un tanto especial, con pausas entre cada obra e incluso una interrupción en la primera de ellas por un error de sincronización.

Todas las obras eran de estreno, todas ellas pensadas para el sexteto formado por violín, violonchelo, flauta, clarinete, piano y percusión (la de Ceitil requirió a un segundo percusionista) y en todas ellas nos llegaron ondas del mundo espectral, tanto por el tratamiento del timbre y de las texturas como por el empleo de recursos de la síntesis instrumental, que quedaron especialmente marcados en Ìérkos del chipriota Andreas Tsiartas, obra que se movió también en la exploración de los límites entre violencia y quietud, explosión y silencio. Más abrupta y llena de discontinuidades resultó la Partita del chino Yiqing Zhu, obra de voluntad bruitista que culminó con una especie de stretta virtuosística de enorme compromiso. El uso de técnicas extendidas (aire sin nota, sonido de llaves en los instrumentos de viento, piano preparado, golpes en las cajas de los instrumentos...), a las que recurre continuamente into these worldless houses del finés Juhani T. Vesikkala, ya no sorprende en la música de hoy. La SarabaNde del portugués Joao Ceitil sin embargo las eludió, convirtiéndose en la obra más amable del programa en su refinado trabajo sobre la melodía, con ecos del minimalismo en las repeticiones motívicas y de Sciarrino en su pretendida quietud, su tempo inamoviblemente lento y la homogeneidad y levedad de su rango dinámico.

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