Taller Sonoro & Zahir Ensemble | Crítica

Resonancias y silencios para Paco

'Routine investigations' de Morton Feldman en el Espacio Turina.

'Routine investigations' de Morton Feldman en el Espacio Turina. / P.J.V.

Paco Ramos fue colaborador de este diario en sus primeros años de vida (aquellos tiempos del suplemento Culturas) y ha sido uno de los grandes divulgadores de la música de vanguardia en toda España por sus colaboraciones con Radio Clásica y con revistas especializadas, pero fundamentalmente en Sevilla, además de por todo aquello, por sus charlas, conferencias y ciclos de audiciones organizados durante años en diferentes espacios de la ciudad. Su relación con los compositores y con los intérpretes propició el nacimiento de grupos, y de hecho en el de los dos que se reunieron ayer para rendirle un merecidísimo homenaje póstumo, tuvo él algo que ver.

Paco Ramos murió hace unas semanas, y, en efecto, los dos principales conjuntos dedicados a la música contemporánea de Sevilla, Taller Sonoro y Zahir Ensemble, unieron fuerzas para un concierto en que no podía faltar la música de Morton Feldman, auténtico fetiche para el homenajeado, y a su lado la de dos creadores nacidos en Madrid, pero residentes en Andalucía desde hace mucho tiempo (Eduardo Polonio en Valverde del Camino; César Camarero en la misma Sevilla) que compartieron con Paco intereses, actividades y amistad.

Ignacio Torner empezó tocando Palais de Mari, la última obra para piano de Feldman, que era especialmente admirada por Paco Ramos. Una música de la levedad y de la repetición, tan características en el neoyorquino, una música en la que los sonidos se individualizan, los acordes y las notas se conectan mediante silencios o amplias resonancias, que crean unas expectativas en el oyente y una tensión expresiva casi hipnótica. Torner pareció retorcer el lenguaje feldmaniano con una interpretación especialmente lenta, casi extática.

Interesante que se conectara al Camarero juvenil de Mosaico I, obra para violín y flauta de 1992 en la que las resonancias entre los instrumentos y sus ecos son también esenciales, con el actual, ya que se presentaba como estreno absoluto Invención, una obra para flauta, trompeta, piano, violín, viola y violonchelo que resultó ser enormemente feldmaniana, pero también cageana, en sus pretensiones de no violentación de los sonidos.

De Eduardo Polonio se ofreció una creación electrónica que el año pasado se presentó por radio, pero no había sido escuchada en un auditorio. Un día es un día fue concebida de manera octofónica por su autor, y es una pena que se le ofrecieran sólo dos canales para este concierto, con lo que la pieza no pudo escucharse en todas sus dimensiones, que son las del más radical arte electroacústico, alejado esta vez Polonio de sus juegos dialécticos con estéticas cercanas al arte pop.

Juan García Rodríguez se sumó a los intérpretes en escena para cerrar el recital dirigiendo Routine Investigations de Feldman, remarcando el insinuante carácter estático y la desnudez de una música que en expresión de Paco Ramos, "late de manera natural, como si de nuestra propia respiración se tratase". 

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