Cultura

La Trini en Facebook

Cante: Carmen Linares, Miguel Poveda. Guitarra: Paco Cortes, Juan Carlos Romero, Miguel Ángel Cortés, Salvador Gutiérrez, Paco Cruzado, Eduardo Pacheco. Piano: Ricardo Pini, Pablo Suárez. Percusión: Antonio Coronel. Rápsoda: José Luis Ortiz Nuevo. Baile: Javier Barón. Contrabajo: Julio Blasco. Violín: Rafa Villanueva. Flauta: Pedro Esparza. Coros y palmas: Ana María González, Rosario Amador, Javier González. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Sábado, 5 de febrero. Aforo: Lleno.

"Siquiera por compasión, escríbeme alguna vez": son sólo dos versos de una malagueña, atribuida a La Trini. Hace años alguien pensó que debíamos actualizar el segundo verso como "llámame alguna vez". Pero hoy, gracias a Facebook, está más de actualidad que nunca. Y las nuevas generaciones se pueden identificar plenamente con la honda desolación de aquel o aquella a la que se le ocurrió juntar estas catorce sílabas. ¿Quién no ha pensado o dicho alguna vez estas palabras? Ésa es la inteligencia de Carmen Linares para actualizar el legado tradicional. Dar nuevo brillo a melodías y letras de hace cien años para que parezcan recién paridas. Seleccionar del repertorio melódico y lírico lo que resulta intemporal, lo que conecta directamente con las emociones básicas, como dijo Ortiz Nuevo rememorando a Pepe de la Matrona. De manera que La Trini, o el anónimo autor de los dos versos, se puede codear con naturalidad con Juan Ramón Jiménez, Lorca o Miguel Hernández. O el propio José Luis Ortiz Nuevo, que además de rapsoda entregado, que abrió cada uno de los bloques del recital, fue protagonista del mismo como autor.

El espectáculo fue un compendio de varias de las propuestas de los últimos años de la cantaora de Linares: las canciones populares de Lorca, Raíces y alas, Un ramito de locura, Antología. También ofreció dos temas de su nueva propuesta, dedicada a Miguel Hernánadez. Fue lo que más me emocionó, no porque el resto del repertorio sea inferior, sino porque se lo tengo muy escuchado. Me sorprendieron los arreglos al piano de Pablo Suárez, tan sencillos como sutiles. Y Carmen Linares poniendo la voz y la emoción en otro sitio, muy alejado del suyo habitual. Ya sabemos de su valentía, de su inquietud para salirse de los caminos trillados. Lo sorprendente es que este cambio de registro sea todavía más emocionante.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios