Un baile para toda la vida

El bailarín y coreógrafo Guillermo Weickert presenta en el Central la versión 'definitiva' de 'Materialinflamable', una obra que compendia su forma de hacer y sentir la danzal Cía. Guillermo Weickert. 'Materialinflamable'. Hoy y mañana, en la sala B del Teatro Central, a las 20:00. Entradas a 17 euros

El bailarín y coreógrafo Guillermo Weickert (Huelva, 1974), ayer en el Teatro Central
El bailarín y coreógrafo Guillermo Weickert (Huelva, 1974), ayer en el Teatro Central
Francisco Camero / Sevilla

24 de noviembre 2012 - 05:00

Han transcurrido dos años desde que el bailarín y coreógrafo Guillermo Weickert inició un largo, complejo y emotivo viaje hacia los orígenes de su pasión por la danza, y en el proceso, confiesa, ha sido conmovedor reencontrarse con movimientos de cuando empezó a recibir sus primeras lecciones, mucho antes de llegar a ser uno de los creadores más brillantes y personales del panorama nacional, e incluso con gestos, dice, de sus primeros maestros que creía ya perdidos en los pliegues más profundos y remotos de su memoria.

"Tenía ganas de crear un trabajo que me acompañara toda la vida, una coreografía con la que me pudiera identificar siempre, más allá de las modas y del tiempo, y eso, claro, te obliga a ir a lo esencial", explicaba ayer Weickert, onubense afincado en Sevilla, sobre el espectáculo que presenta hoy y mañana en la sala B del Teatro Central, una suerte de obra en marcha, sometida a una continua "autocrítica", que ha ido depurando y mostrando parcialmente en otros escenarios y que este fin de semana se verá en Sevilla no en su versión cerrada o definitiva, porque iría en contra del espíritu del proyecto, pero sí lo más cerca que pueda estarlo una obra que fía gran parte de su encanto a la intuición.

"Antes de que la cabeza piense, el cuerpo va ya por ahí", afirma Weickert, refiriéndose a todos esos movimientos que se hacen en los ensayos pero se pierden en el camino hasta la obra que el público ve sobre el escenario una noche de estreno. Todo eso, su propio lenguaje, en definitiva, es lo que ha querido compendiar en esta creación el responsable de coreografías como Días pasan cosas, Go with the flow o Contra ruidos y vibraciones. "Me apetecía volver a ponerme delante de mi obra", reconoce el bailarín y coreógrafo, una doble función, añade, complicada y a ratos "esquizofrénica", algo así como pretender ser "el modelo y también el pintor".

El resultado es, claro, un "autorretrato". Y un "acto de amor" a la profesión. También ha tratado de reflejar en este trabajo "esos momentos de soledad en los ensayos, cuando no sabes nunca cómo reaccionará el público", y la fascinación de "generar movimientos que con el tiempo adquieren un significado". De estas cuestiones trata esta obra "austera y desnuda", y con "bastante sentido del humor", apunta Weickert, para quien fue muy inspirador, en este caso en particular, el trabajo de Marina Abramovic, sobre todo la performance que presentó en el MOMA de Nueva York en 2010 bajo el título The artist is present, el mismo que recibió la retrospectiva dedicada a su obra en el mismo centro de arte contemporáneo.

En la que fue la pieza central de aquella muestra, Marina Abramovic recibía a los visitantes sentada a un lado de una mesa; al otro, el espectador tenía una silla donde podía sentarse y mirar a los ojos de la artista durante todo el tiempo que le apeteciera. Con esa actitud, Weickert, que en muchos pasajes de Materialinflamable bailará con iluminación de ensayo, es decir, con las butacas fuera de esa penumbra que separa el ámbito del que actúa y de los que miran, quiere recordar, en esta obra "valiente", a veces "paralizante" para él mismo pero en última instancia "bonita", que "la calidad de la danza la da el que mira, porque eso es lo que da sentido al trabajo".

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