“Este disco está hecho para los melómanos que creen todavía en la artesanía de las viejas canciones”

Los Estanques y El Canijo de Jerez

Entre el pulso callejero del caño roto y la sutileza progresiva de la psicodelia, Los Estanques y El Canijo de Jerez arman un disco que suena a riesgo, amistad y canciones hechas por derecho

Cuando la música marida con los sabores del territorio

El Canijo de Jerez al baile e Íñigo Bregel al toque
El Canijo de Jerez al baile e Íñigo Bregel al toque
José Miguel Carrasco

18 de septiembre 2025 - 06:00

Cuando la psicodelia elegante de Los Estanques se cruza con la rumba insolente de El Canijo de Jerez el resultado no puede ser otra cosa que una celebración desbordada. Su trabajo conjunto, Lágrimas de plomo fundido, rescata el pulso callejero del caño roto setentero y lo dispara hacia el presente con arreglos progresivos, melodías pegajosas y un desparpajo que desarma, demostrando que esta alianza no es un capricho ni un experimento, sino una colisión luminosa de universos que parecía improbable y que hoy se muestra inevitable. Aunque ve la luz hoy mismo, ya lo andan rodando por algunos escenarios del país. En Sevilla estarán el 12 de octubre, dentro del My Playlist Fest, que se celebra en el Estadio de la Cartuja, antes de pasar por el Festival Extremúsica de Cáceres y por salas de Barcelona, Coruña, Bilbao, Toledo y Málaga, el 21 de noviembre, y estar el 22 en el Festival de Cádiz. Para desvelar todas las claves de este encuentro sonoro nos hemos reunido con Íñigo Bregel, alma mater de Los Estanques, y Marcos del Ojo Barroso, mejor conocido como El Canijo de Jerez. Para él es la primera pregunta.

Pregunta.-Cuando le entrevisté hace casi dos años estaba su mujer a punto de dar a luz. ¿Cómo ha cambiado su vida al ser padre?

Respuesta.-(Canijo) Pues ha cambiado para bien. Aunque ahora duermo más en los conciertos que en mi casa. Con 43 años que tengo voy ya un poco de vuelta y me apetece estar en casita con mi niño. Vivo en Chiclana, en una casita preciosa, y estoy en plan John Lennon cuando tuvo a Sean, que de ser un cafre se convirtió en un padre de familia y sentó la cabeza.

P.-En esa entrevista ya me adelantó este proyecto con Los Estanques y que este año 2025 quería dedicarlo a trabajar con este disco, que la gente echase de menos al Canijo de Jerez. ¿Ha notado que le echen de menos?

R.-(Canijo) En realidad no. Tenía muchas ganas de parar lo mío y meterme en otro proyecto al cien por cien. Estoy con G5, montando la gira de Los Delinqüentes del año que viene y con esto de Los Estanques, que es un proyecto al que le tengo mucho cariño. Pero no se podía llevar todo adelante. La gente está echando de menos en directo canciones como Hola, buenos días, La primavera trompetera, pero a la vez viene a los conciertos de este nuevo proyecto. Me siento súper agradecido y querido.

P.-Por lo que entendí en aquella entrevista, creo que la idea de este proyecto fue suya, Íñigo.

R.-(Bregel) Sí, sí, más o menos. Es un artista alejado de mi universo musical, pero el Canijo es historia de este país. Viéndolo por las redes, en algún vídeo, me dije: un día le voy a tirar la caña, a ver qué dice. Y luego nos dimos cuenta de que no estábamos tan alejados musicalmente.

R.-(Canijo) Es verdad. Cuando llegó el primer día, recuerdo que cogió la guitarra y tocó Long, Long, Long, de los Beatles. Rebuscó con gran gusto en los cajones más oscuros del disco blanco. Me pareció tan bueno que hicimos el primer tema, El murmullo de los perros, y luego el segundo, La llave del bazar. Nos quedamos tan satisfechos que hicimos doce.

Los Estanques y El Canijo de Jerez
Los Estanques y El Canijo de Jerez

P.-¿Cómo fue el proceso de ensamblaje entre rock psicodélico cántabro y flamenco-rock jerezano? ¿En algún momento concreto supieron que esto iba a salir redondo? ¿Ha cambiado mucho respecto a la idea original que tenían?

R.-(Canijo) Yo creo que no. Cuando le mandé una maqueta hecha con el móvil, él se fue a su casa en Madrid, empezó a trabajar y me mandó la canción diciendo: Tío, solo tienes que meterle la voz. Cuando lo escuché me dije: Vaya pasada, chaval. Tenía todos los elementos que me gustaban. La estructura era una maravilla. Escuché la bulería, con los patrones de batería que grabó, muy a lo Manic Depression de Hendrix, que eso no se hace hoy en día en el flamenco. Me recordaba a Alameda, Guadalquivir, Tabletom incluso. Sobre todo, me recordaba al Tacita. Cuando escuché ese patrón supe que ahí teníamos algo que había que sacar. Se lo empecé a poner a un montón de colegas. Se lo mandé a Miguel, de los Motoretas, que me dijo: Eso es lo que tú tienes que hacer; ese es tu disco. Júntate con Íñigo y haced un disco ya. Y desde ahí lo teníamos en mente. Y luego Íñigo cantando; los coros que hace, muy beatlelianos; el Hammond, que huele a Drácula. Todo grabado en cintas analógicas también, con las voces en tomas enteras y la guitarra con muchos elementos; todo muy cuidado y tan bien tratado como lo hacían en la década que nos gusta, la de los 70.

P.-Uno de esos momentos redondos está en la canción Ciclo Vital, cuando el flamenco jondo de José de los Camarones se convierte en blues. ¿Fue un desafío combinar todos estos estilos o siempre existía una intención clara de collage sonoro mezclando psicodelia, rock andaluz, flamenco, funk, soul, rumba…?

R.-(Bregel) Bueno, el Canijo ya tenía mucha psicodelia antes, aunque no lo parezca. En Los Delinqüentes hay más Beatles que en muchos grupos de rock andaluz de los 70. Al final, es otro tipo de psicodelia. Y ahí está la conexión.

R.-(Canijo) Yo no lo había conseguido todavía. Siempre he sido fan del rock andaluz y el rock progresivo, pero nunca lo había conseguido plasmar en mis discos. Siempre quise conseguirlo con temas como Resplandor o Poeta Encadenado, pero éramos más garrapateros. Con este proyecto lo he conseguido. En esa canción son claves también la guitarra de Pedro Pimentel y los arreglos y producción de Íñigo. Hay veces que tú sabes hacia dónde quieres ir, pero tienes que dejar que las cosas sucedan, y a veces van en una dirección que no es la que tú decides. La idea del flamenco fue de Íñigo también, porque el tema estaba poco estructurado, muy pastiche, y cuando lo propuso me encantó. Además, tenía muchas ganas de que Íñigo conociera Jerez, que conociera el estudio de Josema Pelayo, un lugar muy emblemático, en el que lo pasamos muy bien.

P.-Ha mencionado a Miguel y me consta que antes de empezar este proyecto quería usted grabar con él una canción que finalmente no salió. En Luna tú me llevas parece que Los Chichos están cantando con la instrumentación de los Motoretas. ¿Fue esta la canción?

R.-(Canijo) No, yo quería que grabara inicialmente El murmullo de los perros, que la compuse pensando en él, pero Miguel andaba liado en esa época y me daba largas. Y aquí apareció mi compadre Íñigo y todo fue gloria bendita. Luna tú me llevas la hicimos porque él quería sacar un tema que sonase a los Chichos y este tiene un sonido de charles basado en Son ilusiones. El estribillo lo escribió de otra manera mi compadre Migue, de los Delinqüentes, y yo lo terminé para su disco póstumo con una estrofa que le metí al puente. Ahora lo hemos rescatado nosotros.

R.-(Bregel) La canción me la puso el Canijo camino de Santander y las estrofas me parecieron guapísimas. Y en directo está funcionando perfectamente; la unimos al Son ilusiones de Los Chichos y la gente disfruta con ese sonido cañí que tanto gusta en España, el de Los Chichos, Los Chunguitos, Los Chorbos; todo el sonido caño roto.

En Los Delinqüentes hay más Beatles que en muchos grupos de rock andaluz de los 70"

P.-Además de José de los Camarones, estoy prácticamente seguro de que el sitar que suena en Lacrime di piombo fuso lo toca Gualberto. ¿Hay más invitados?

R.-(Bregel) Sí, es Gualberto; que también hace por ahí unos dibujillos preciosos con la guitarra eléctrica.

R.-(Canijo) Además de ellos están los palmeros: el Moreno y el Morilla. También están dos de Los Estanques: Andrea Coti, que ha grabado tres o cuatro baterías, y Germán Herrero, que ha metido un par de guitarras. Lo demás lo ha grabado íntegramente Íñigo conmigo en su casa de Santander. Teníamos el sueño romántico de grabar con grandes influencias de nosotros que gracias a Dios son leyendas vivas. Y Gualberto es una de ellas. Le propusimos apuntarse y nos dijo que sí. Conti, Íñigo y yo estuvimos un maravilloso día entero con él; nos lo llevamos a un estudio y allí grabamos. El tío es una enciclopedia musical y nos estuvo contando muchas historias de Jesús de la Rosa; de Frank Zappa, con el que estuvo en La Carbonería; de los Young Rascals, con quienes estuvo en su periodo americano… Se me ha quedado la espinita de no haber metido en el disco a Pepe Robles, de Los Módulos, pero me dijeron que había quedado muy desencantado de la música y me dio un poco de apuro llamarlo. También pensé en Kiko Veneno, pero a este estoy harto de verlo ya -entre risas-.

P.-Volviendo a Gualberto, hay una canción en este disco, Estamos listos para golpear, que tiene un título muy evocador de otra suya con Smash, Esta vez venimos a golpear -We Come To Smash This Time-; además de una letra que recuerda mucho a una famosa cita atribuida a Silvio: Todos van a lo suyo, menos yo que voy a lo mío; y unos acordes que son como los del Black Night de Deep Purple. Menuda mezcla. ¿Es la que mejor define el espíritu del disco?

R.-(Bregel) En el disco hay tres vías, la más andaluza, la más rockera y la más psicodélica…

R.-(Canijo) …y este tema es un cañonazo. Para la frase esta me inspiré en Silvio, claro; pero después busqué por internet y no es suya, se le atribuye a mucha gente. Es nuestro homenaje a Silvio. Y aunque digo que estamos listos para golpear, no había caído en la canción de Smash hasta ahora que lo dice usted, porque yo de inglés estoy un poco tieso; pero la verdad es que también es muy guay.

Los Estanques y El Canijo de Jerez
Los Estanques y El Canijo de Jerez

P.-Marcos, en Mi despedida, dice usted: déjame morir en paz y ser de ceniza y de barro, en alusión al título de su último disco, que iba a ser el final de una etapa. ¿Ha muerto y ahora con este disco tan diferente resucita como ave fénix?

R.-(Canijo) Correcto, usted lo ha dicho. Ceniza y barro era mi quinto disco en solitario y el final de un ciclo. Cuando vuelva como Canijo de Jerez, que no sé si será en tres o cuatro años, ya será otro ciclo diferente. Este proyecto actual es como la bisagra entre lo que dejo atrás antes de meterme en otra cosa. Este proyecto con Los Estanques me ha servido para renovarme otra vez, porque las energías se estancan, el brillo de los ojos se apaga, aunque parezca mentira. Menos los Rolling Stones, todas las bandas tienen fecha de caducidad. Y aunque yo amo mis bandas y mis proyectos anteriores, está bien pegarse estos parones y hacer otras cosas, porque después vuelve uno más motivado y con más ganas.

R.-(Bregel) La canción habla de eso que dice usted y también de una inspiración que tuve de Juan Carlos Aragón, un compositor de carnaval que escribió un pasodoble hablando del día de su muerte, diciendo no quiero que quiten las cejillas de la guitarra, quiero que me dejen el periódico abierto, muy bonito. Y yo me dije que el día que me muera no voy a poder escribir una canción sobre mi muerte, así que la escribo ahora y ya está. Y hablo de eso, de que no quiero entierro, que prefiero un botellón; prefiero una fiesta a que la gente esté llorando, y siempre he querido dejarlo escrito.

Siempre he sido fan del rock andaluz y el rock progresivo, pero nunca lo había conseguido plasmar en mis discos"

P.-¿Hay muchas canciones que sean más de uno que de otro? ¿Han tenido que hacer muchas concesiones uno al otro?

R.-(Bregel) Los temas se han registrado a medias porque creo que los dos hemos hecho lo mismo. Marcos llegaba con la melodía inicial, pero las estructuras he tenido libertad total para cambiarlas en la producción.

R.-(Canijo) Yo creo que no hemos tenido que hacernos concesiones, pero que se lo diga él. Yo creo que se lo he puesto fácil -risas-, sabiendo el poderío que tiene mi compadre Íñigo, que creo que es de los mejores productores de España. Y no es que lo diga yo, que ahí están para corroborarlo Ángel Carmona, Leiva, Muchachito, Kiko Veneno, que no paran de tirarme flores de él. Íñigo es un bicharraco que lo tiene todo muy claro y un enorme conocimiento musical. Con él es como cuando vas al taller y el mecánico te dice: esto es del cigüeñal, y tienes que entregar la cuchara porque él es el que sabe…

R.-(Bregel) Y en mi caso, pues con buena picha bien se folla. Cuando te ponen temazos, ¿qué vas a hacer? Hay buena letra, hay buena melodía, hay buen todo.

P.-Han trabajado con un legado muy concreto del rock andaluz ¿Han sentido el peso de esa herencia o, por el contrario, ha sido una liberación jugar con ella?

R.-(Canijo) Una liberación y una sorpresa. No queremos sentirnos deudores de nadie, pero toda esa influencia sí que la hemos tenido, además de muchas otras; a mi Los Estanques siempre me han evocado a Los Módulos, a Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Nos hemos corrompido por derecho por el palo de la belleza, como decía el Manifiesto de lo borde. Por mi parte, venía de escuchar mucho a Triana, pero también últimamente muchísimo a Los Chichos, que me flipan. Todo eso lo llevamos en la sangre y ha sido una liberación decir: mira, podemos hacer esto sin ser unos impostores.

R.-(Bregel) Queremos vender discos, evidentemente, y mientras a más gente le llegue, mejor. Pero sabemos lo difícil que es la música, lo difícil que es vender discos. Y este disco está hecho para los melómanos como nosotros, que creen todavía en la artesanía de las viejas canciones, de la música hecha por derecho.

Los Estanques y El Canijo de Jerez
Los Estanques y El Canijo de Jerez

P.-En estas canciones hay menciones a colores líquidos, viajes astrales, cosmovisiones y poesía callejera. Cosas muy surrealistas y evocadoras, pero también que forman parte de un camino muy arriesgado. ¿Qué les ha inspirado más, la tradición o lo inesperado? Porque el choque entre las dos cosas está muy presente en el disco.

R.-(Bregel) El Canijo hace maravillas con las letras. Yo no sé cómo lo hace; no sé cómo consigue que conviva todo eso en un mundo en el que funciona todo perfectamente.

R.-(Canijo) Siempre estoy escribiendo. Siempre llevo papel, boli y escribo en cualquier parte que se me ocurra. O cosas que dice la gente, que también me ayudan a tirar del hilo. Estoy muy contento con este disco, la verdad; creo que no haber tenido la presión de sacar un disco del Canijo de Jerez, no tener prisa por entregar el disco, no tener que pensar en el aspecto comercial, ha contribuido a sacar el niño malo que hay dentro de mí, a poder hacer lo que me dé la gana.

P.-El propio título del disco, Lágrimas de plomo fundido, es muy potente y visual. ¿A qué hace exactamente referencia? ¿Es una metáfora del dolor transformado en algo sólido y pesado, o tiene una lectura más positiva?

R.-(Bregel) Eso que acaba de decir nos gusta.

R.-(Canijo) Lo que ha dicho es genial. Y además es verdad; el disco está lleno de esa pesadez. Mientras lo grabábamos no teníamos título para el disco, decíamos, ya llegará… y entonces Íñigo me enseñó el Hammond que tiene, que creo que es la primera vez que he oído crujir a un Hammond así y me flipó. Yo nunca había visto el mecanismo de un Hammond de cerca. Siempre había leído en los libros de los Beatles que los metían, pero cuando vi por primera vez este giratorio con la ruedecita, el engranaje moviéndose, el ruido que hace la máquina, que ves cómo se mueve la madera. Lo puso a todo carajo y hasta vibraban los cristales; de hecho, suena más eso desde fuera que la batería, lo que para los vecinos es lo peor. Empezó a hacer unos acordes y nos dejamos llevar; grabar en Santander creo que también ha sido parte importante de que suene así. Allí van cambiando los colores constantemente; por la mañana hay un color, por la tarde se pone anaranjado, por la noche se pone lila y el estudio, esa habitación, va cambiando con colores naturales. Íñigo empezó a investigar con el teclado que vibraba, sobre la improvisación de Gualberto, diciéndome: Quillo, búscate una frase, algo; dame una letra. Y yo busqué frases y leí una que escribí hace tiempo que era: Y sus pétalos caen como lágrimas de plomo fundido. Y entró perfecta. Esa frase se me ocurrió viendo a la gente que iba a la iglesia de Fátima y compraba las lágrimas de plomo, que las venden como souvenir. Cuando escribí lo de los pétalos estuve buscando por internet y vi que también es una frase de Shakespeare, de El rey Lear, que cuando ya está muerto y su hija lo despierta de la tumba se enfada por haberlo despertado: Habéis obrado mal al despertarme. ¿Acaso no veis que estoy atado a una rueda de fuego donde mis lágrimas me abrasan como plomo fundido?; es la cita, que además la hemos puesto en el disco, porque ocurre lo mismo; este disco estaba ahí esperando a ser despertado.

Llevamos en la sangre tanto a Triana como a Los Chichos y ha sido una liberación decir que podemos hacer esto sin ser unos impostores"

P.-¿Cómo esperan que este disco cale en la audiencia en directo? ¿Alguna idea, imagen o efecto que vayan a potenciar en escena?

R.-(Canijo) Sí, los trajes. Para la parte soul de El murmullo de los perros, mi prima Aurora, que es la estilista del videoclip, nos pilló unos trajes por internet y nos los hemos quedado para la gira. También hemos añadido elementos nuevos, como un ataúd que me ha fabricado mi suegro, no sé si como indirecta, y salgo con él. La gente flipa; cuando termina el concierto todo el mundo nos dice: quillo, ¿qué acabo de ver? ¿qué paranoia es esta?; claro, no conocen el disco. Lo hemos metido íntegro, de arriba a abajo, además de un par de canciones mías, un par más de Los Estanques y también Son ilusiones de los Chichos.

R.-(Bregel) Todas menos la primera, que es una intro de un minuto y pico. Además, son canciones que nos hemos dado cuenta de que funcionan perfectamente en directo.

P.-Para terminar ¿Se ven continuando esta colaboración en un futuro?, ¿supone este proyecto un punto de inflexión? ¿Creen que esta experiencia va a cambiarles su manera de abordar la música en el futuro?

R.-(Canijo) El tiempo lo dirá. A mí, desde luego, me ha cambiado. Íñigo se ha convertido en uno de mis mejores amigos y me ha tocado la lotería con él. Que un productor de sus características coja mis canciones y las haga suyas, hace que tenga ganas de seguir sacando discos. Ya estamos bromeando con la idea de sacar otro que sea una ópera rock, un disco conceptual o algo de eso; tenemos ya la semilla ahí plantada. Yo creo que sí, que con los años haremos más cosas juntos, si todo va bien.

R.-(Bregel) Por nuestra parte, por supuesto que también va a cambiar. Todo te deja una influencia y más si lo tienes así de cercano. Y todavía más si es de esta magnitud, tanto en las letras como musicalmente; además, como persona, que pasamos muchas horas juntos… el Canijo es un fenómeno y su influencia quedará.

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