Alegorías caninas
El instinto | Crítica

La ficha
** 'El instinto'. Drama, España, 2025, 90 min. Dirección y guion: Juan Albarracín. Fotografía: Ivan Émery. Música: Pablo Serrano. Intérpretes: Javier Pereira, Fernando Cayo, Eva Llorach.
El primer largo de Juan Albarracín aspira a jugar en la división de ese cine alegórico a lo Lanthimos a propósito de los traumas y la parálisis de un arquitecto (Javier Pereira) aquejado de agorafobia y encerrado en una casa de diseño en mitad del campo. Una alegoría que, como en los primeros largos del cineasta griego, busca en la condición animal ese comportamiento de mueve la dinámica extrema entre nuestro protagonista y el adiestrador de perros (Fernando Cayo) que aparece para orquestar con él una peculiar terapia de recuperación.
Entre interludios de reportajes caninos y una estirada estructura en tres actos, El instinto se encierra en ese único espacio para trazar su particular escalada de aprendizaje, liberación y violencia en un intento de cine físico al que le faltan mimbres para el vuelo metafórico o explicaciones para la dimensión netamente narrativa de su propuesta.
Todo se cifra aquí en un duelo sadomasoquista entre amo y esclavo al que no terminamos de ver el trasfondo más allá de los obvios fogonazos de memoria traumática que azotan a nuestro protagonista, filmado de cerca y en las mismas claves inestables y erráticas de su comportamiento. La resolución no ayuda precisamente a descongestionar las pretensiones de un fallido experimento de cámara.
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