Del éxtasis a la pasión rítmica

Crítica de Música

Pablo J. Vayón

11 de octubre 2016 - 05:00

ANTOINE MORINIÈRE

7º Festival de la Guitarra de Sevilla. Antoine Morinière, guitarra. Programa: 'Invocación y Danza' de Joaquín Rodrigo; dos movimientos de la 'Sonata Romántica' de Manuel María Ponce; 'Fantaisie Dramatique Le Départ' de Napoléon Coste; Sonata Op.47 de Alberto Ginastera. Lugar: Iglesia de la Anunciación. Fecha: Lunes 10 de octubre. Aforo: Lleno.

Como en los últimos años, el concierto que ofrece el ganador del Concurso del Festival anterior se celebra en la Iglesia de la Anunciación con el patrocinio del Cicus. Ignoro si el poder de promoción y convocatoria del ente universitario tiene algo que ver, pero el habitual semivacío de los recitales del Espacio Turina se convierte en lleno absoluto justo en la acera de enfrente. Si, como sospecho, esta circunstancia tiene más que ver con que el concierto universitario sea gratuito, el hecho bien valdría una reflexión sobre el valor que se ha venido otorgando en algunos ámbitos a la cultura y sus efectos sobre la formación de público.

El francés Antoine Morinière mostró las razones de su triunfo de 2015 por el control absoluto de sus medios técnicos y la expresividad de su estilo, que hizo gravitar buena parte del peso de su recital sobre la hondura y el carácter meditativo de la música, desde una Invocación y Danza de Rodrigo de extraordinaria concentración a una Fantasía de Coste cargada de melancolía, pasando por dos movimientos de la Sonata de Ponce que abundaron en el carácter reflexivo (lentísimo el Andante), incluso en las partes más ágiles, que resultaron más profundas y trascendentales que lúdicas y vitalistas.

De esta especie de ensimismamiento extático vino a sacarnos la formidable Sonata de Ginastera, en la que se vio la otra cara del intérprete francés, que deslumbró con un sonido más poderoso, un fraseo más rectilíneo, una soberbia exhibición de recursos virtuosísticos y un brillante y contagioso sentido rítmico.

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