Sevilla se hace baile en los Jueves de Cajasol

Flamenco

Pepa Montes y el guitarrista Ricardo Miño traen este miércoles al ciclo jondo 'Sevilla en mis brazos', una propuesta intimista en la que sientan las bases de la escuela sevillana de baile

El guitarrista Ricardo Miño y la bailaora Pepa Montes, en la rueda de prensa de Cajasol
El guitarrista Ricardo Miño y la bailaora Pepa Montes, en la rueda de prensa de Cajasol / D.S.

Sevilla/Pepa Montes lleva pegadas en su cuerpo todas las estaciones de Sevilla. Como ella misma cuenta, su baile pausado y preciosista y las estampas que construye con sus movimientos están inspiradas en la ciudad que adora. En su sol, en un rincón sombrío, en la solemnidad de un paso de Semana Santa, en la algarabía de la feria, en los sabores frescos, en el albero... En todo aquello "que te obliga a pararte porque te emociona y te invita a la melancolía o te hacer reír y te contagia de felicidad", explica.

Por eso, como ha señalado el director de los Jueves Flamencos de Cajasol, Manuel Herrera, no cabía mejor título para el espectáculo que presenta en la sala Chicarreros junto a su inseparable guitarrista Ricardo Miño que el de Sevilla en mis brazos.

Así, ambos artistas regresan este miércoles (21:00) al ciclo jondo donde han cosechado tantos éxitos para demostrar una vez más las bases de la escuela sevillana del baile, "una estética que que Pepa simboliza en toda su esencia y que nunca queremos olvidar en los Jueves Flamencos porque sin tener raíces es imposible volar", resaltó Herrera.

De esta forma, con una propuesta intimista en la que estarán acompañados de las voces de Segundo Falcón y Mari Peña y del baile y el compás de Manuel Bellido, la bailaora y el guitarrista pondrán en escena un repertorio clásico que iniciarán en los territorios de la soleá, continuará con la evocación a Utrera y seguirá con garrotín, rondeña y parada final en Cádiz. Palos todos que les servirán para exponer sus señas de identidad y un concepto del flamenco cuajado durante más de cinco décadas en escenarios de todo el mundo.

En este sentido, Herrera recordó ver a la sevillana sobre las tablas cuando con apenas seis años iba por los pueblos haciéndose llamar chiquita "de Dos Hermanas, de la Puebla o de dónde fuera". O cómo, siendo un niño, Miño ya iba junto a figuras del cante como Pepe Marchena, con quien empezó, o en las compañías de grandes como Pastora Pavón, Antonio Mairena o Trini España, entre otros. Al respecto, el trianero señaló que "hoy día los artistas salen más hechos pero no más rodados", en el sentido de que antes, explicó, "no había la posibilidad de aprender como ahora sino que nos hacíamos artistas sobre la marcha".

"Hoy día los artistas salen más hechos pero no más rodados", asegura Ricardo Miño

Sin embargo, lejos de albergar una idea encorsetada del flamenco o mostrarse críticos frente a las nuevas corrientes, tanto Montes como Miño -con sendos premios nacionales-, defienden que "el flamenco es tan potente y tan interesante que lo admite todo". De hecho, consideran que lo natural es "jugar" con otras músicas y reconocen que así lo hicieron ellos también cuando en los años 80 se hacían acompañar por un saxofonista "molestando a muchos directores de festivales que nos dejaron sin actuar ese año", contaban, o cuando Miño metió un sitar indio en uno de sus trabajos discográficos.

Al final, afirma la bailaora, "el flamenco, como todas las artes, va con la vida y por tanto es normal que evolucione", aunque en este camino "se estén haciendo cosas fabulosas y haya otras tantes en el camino". De todas formas, los dos son optimistas en este sentido y apuestan por la supervivencia de un género tan rico que no se va a perder nunca. "Ni la bata de cola, ni el mantón, ni los palos, que son los que son", afirmaba Pepa Montes.

Claro que es cierto que cada vez es menos común encontrar la maestría que atesoran estos artistas y el modo sereno, sensible, natural y elegante en el que entienden y expresan el flamenco. Sin más artificio que el de unas muñecas y unas caderas que rebosan sevillanía y el de unos dedos que extienden desde sus cuerdas toda la musicalidad de esta ciudad.

Las entradas para este espectáculo, que oscilan entre los 12 y los 18 euros, se pueden adquirir en la taquilla de la sede de la Fundación Cajasol (entrada por C/Francisco de Bruna, 1. Sevilla) o en su propia web. El ciclo, que cuenta esta temporada temporadaen su cartel con nombres como el de Rocío Molina, Andrés Marín, Pastora Galván o María Terremoto, entre otros, continuará el próximo día 13 de marzo con uno de los jóvenes herederos de esta corriente de baile como es Rafael Campallo, que estrenará Sin Renuncia.

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