Del japonesismo al paisaje urbano

José Villegas fue el más internacional de los pintores locales del momento.

Ante la obra 'Juegos orientales' pintada hacia 1880 por José Villegas Cordero.
Ante la obra 'Juegos orientales' pintada hacia 1880 por José Villegas Cordero.
Ch. Ramos Sevilla

30 de octubre 2015 - 05:00

La sensibilidad orientalista se extendió en el siglo XIX por toda Europa y los pintores sevillanos se contaron entre los que, con mayor fortuna, introdujeron un grado de exotismo en sus trabajos. Al inicio de la planta superior, recibiendo al visitante, esta exposición incluye una seductora composición dominada por los tonos rojos del más internacional de los artistas locales del momento: José Villegas Cordero (1844-1921). Los argumentos tan queridos por los grandes pintores de finales del siglo, especialmente el japonesismo con su incorporación de objetos a la moda importados de China y Japón, desbordan en Juegos orientales, que Villegas Cordero realizó hacia 1880. Esta obra hedonista y decadente contrasta con la frescura plástica de su Mujer tras el biombo, un óleo sobre lienzo fechable hacia 1900 que, para Fernández Lacomba, enlaza plenamente con la modernidad y donde el artista retrata a una mujer ensimismada que parece conversar con otra figura femenina que asoma al fondo del conjunto.

De carácter más urbano es su obra Monte de Pietá, que compuso en la capital italiana, adonde había viajado hacia 1870, y en la que sigue de cerca los modelos compositivos y la pintura de carácter preciosista de su precursor estético, el pintor catalán fallecido en Roma Mariano Fortuny.

Los Juegos orientales de Villegas Cordero se enfrentan en un sugerente diálogo con el Concierto en la terraza de quien fuera su discípulo, Gonzalo Bilbao. En esta obra, pintada en Tetuán en 1880, el autor exalta los sentidos recreando el harén de una medina del norte de África sobre un formato largo apaisado y con una mirada que el comisario de la muestra califica de "furtiva y complaciente".

El siglo XIX, "el gran desconocido" según Lacomba, se exhibe al visitante en toda su complejidad en estas historias narradas por los pinceles de, también, Joaquín Sorolla, Gutiérrez de la Vega, Esquivel, Wssel de Guimbarda... O por el francés Alfred Jacquemart, que en su busto de una dama realizado en mármol hace un guiño a las formas versallescas del XVIII.

stats