María Jesús Cortés: “Cantar y bailar puede salvarnos de mucha cosas”

La artista cordobesa debuta con ‘A cal y Canto’, un disco donde su raíz andaluza se abre a la influencia de la música afrocubana o la 'bossa nova'

José de los Camarones: la sabiduría del niño interior

María Jesús Cortés en una foto promocional
María Jesús Cortés en una foto promocional / María Jesús Cortés

Bailar, cantar y escribir pueden salvarnos. Ese es el mensaje que se extrae de A cal y canto, el debut discográfico de María José Cortés (1983), una cordobesa de Puente Genil que enfrentó la dureza de la enseñanza en los centros más complicados de Andalucía a base de ritmo y canciones. Su estancia en La Habana nutrió sus ansias expresivas, que ahora ven la luz en un álbum luminoso y variado, donde se juntan sus facetas de cantante, bailaora y multiinstrumentista.

Pregunta.Lleva toda la vida estudiando y enseñando música, y solo ahora, a sus 43 años, se ha decidido a lanzar su primer disco.

Respuesta.Ser músico es algo que me ha costado aceptar. De más joven mis familiares me apoyaban mucho a la hora de expresarme a través de la música y el baile, pero me aconsejaban que lo hiciera en casa, que este es un mundo duro. Pero como esto es una forma de vivir para mí, al final he acabado grabando un disco casi sin darme cuenta. Mi tiempo libre siempre es para crear y aprender.

P.Combina varias disciplinas: guitarra, piano, voz y baile; ¿donde se siente más cómoda?

R.Estudié piano y me dí cuenta de que no era pianista. Yo soy más vital, más física. Ese instrumento tampoco te lo pone fácil para viajar. Yo canto desde siempre, pero sin formación vocal era complicado sacarle partido a mi voz. En esas, me veo de maestra de música en colegios muy complicados -he estado en Torreblanca en Sevilla o en el Polígono Almanjayar en Granada-. La profesión conlleva tanto desgaste vocal con las clases que me tiré al baile, porque sin el arte me marchito como una amapola. La casualidad quiso que más tarde ejerciera en Granada y Triana, dos cunas del flamenco, lo que me permitió estudiar bien el baile. Era mi válvula de escape. Rescatando las letras mis cuadernos he ido dándole una forma musical más pulida a todas esas influencias hasta plasmarlas en mi disco.

P.¿Qué le ha aportado la docencia a su música?

R.A mí en los barrios más complicados me ha salvado el flamenco. A veces cuando no podía gritar más, entraba en la clase bailando y así se callaban y me prestaban de atención. El flamenco me salva de la escuela y la escuela me salva del flamenco, porque vivir del arte es muy complicado. El sistema escolar es muy frustrante. Sintiendo por dentro que quería cantar y dándome cuenta de que me estaba dejando la garganta en un aula.

P.El disco supone un viaje musical por algunos de los países en los que ha residido, con especial importancia de la música afrocubana ¿qué se trajo musicalmente del país caribeño?

R.La mayor influencia es afrocubana efectivamente. Con 29 años estaba enseñando en Torreblanca y no podía más, así que pedí una excedencia y me fui a La Habana a estudiar durante un año danza y canto. Es allí donde más he aprendido, en lo personal también, creo que aprendí algo de todo el mundo con el que conviví. Es al volver de Cuba cuando decido grabar. Mi ráiz andaluza se mezcla muy bien con lo cubano. Pero también hay blues o bossa nova. Yo me siento del mundo, en especial la música de raíz, a pesar de tener formación clásica.

P.Escuchando su disco se entiende perfectamente que el flamenco es una música mestiza.

R.El flamenco le debe mucho al Caribe. Cuando llegué allí vi a esos negros cantando su música dije “esto es muy flamenco”. Comparten la fuerza de sus raíces. Acabé estudiando a los Orichas en la Universidad, con sus bailes y cantos.

P.La industria discográfica está de capa caída y los macro conciertos están minando el sector alternativo, ¿qué espera de este primer trabajo, de un proyecto independiente?

R.La música me ha salvado muchas veces, me ha ayudado tanto que siempre he querido grabar mis canciones por si podían servirle a alguien. Ese es mi sueño desde pequeña. Este disco lo he grabado sin otra pretensión que expresarme, no lo veo desde un punto de vista comercial. Mi ambición es recuperar algo de espacio para la tribu, para el tiempo del arte, que es tan importante para la vida. La gente cada vez toma más antidepresivos pero comparte menos. Cantar y bailar puede salvarnos de muchas cosas.

stats