Archivo y montaje contra el olvido selectivo

Riefenstahl | Estreno en Filmin y Movistar+

Leni Riefenstahl y Adolf Hitler en una imagen de archivo.
Leni Riefenstahl y Adolf Hitler en una imagen de archivo.

La ficha

**** 'Riefenstahl'. Documental, Alemania, 2024, 115 min. Dirección y guion: Andres Veiel. Fotografía: Toby Cornish. Música: Franziska Henke. Con: Leni Riefenstahl.

Este nuevo y tal vez definitivo documental sobre la controvertida cineasta alemana Leni Riefenstahl (1902-2003) sigue ahondando en las contradicciones de su discurso a través de la recuperación de un archivo inédito, fotografías, entrevistas televisivas, mensajes de audio o material de rodaje nunca antes mostrado, expuesto como elocuente contraplano capaz de evidenciar incongruencias, lapsus o mentiras tantas veces esbozadas por quien fuera la principal artífice audiovisual del nazismo durante los años del Tercer Reich a través de filmes como La luz azul (1932), El triunfo de la voluntad (1935) u Olympia (1938) donde se proyectaron a toda maquinaria de producción los sueños, delirios y utopías del ideario hitleriano en un imaginario formalmente apabullante.

Andres Veiel encuentra un hipnótico y fantasmal dispositivo que le permite exponer al detalle las películas originales, ahora en copias impecablemente restauradas, y ese otro material íntimo, privado o secreto sacado de los cajones de la cineasta o los archivos televisivos, para contrastarlos a través de precisas y contadas puntualizaciones en off que ponen en tela de juicio esa inocencia de quien siempre afirmó no saber nada de la Solución Final, los campos de concentración y las cámaras de gas mientras se codeaba día a día con los líderes del proyecto.

Riefenstahl en una de sus últimas entrevistas.
Riefenstahl en una de sus últimas entrevistas.

Riefenstahl progresa así en su envolvente forma musical como relato no lineal sobre la biografía de la actriz y directora, atravesando su infancia y juventud, su fascinación por el nacionalsocialismo, sus episodios con el Führer y Goebbels, sus rodajes y su labor en la sala de montaje, su juicio y condena (por “simpatizante”) tras la Segunda Guerra Mundial y sus no menos famosos trabajos fotográficos en Sudán en torno a la tribu de los Nuba que le granjearon nueva fama desde los años 60 y mantuvieron siempre viva la llama de la polémica que ella misma alimentaba como sustento en cada aparición pública y cada reacción airada ante datos y preguntas oportunas que para ella eran siempre ofensivas e impertinentes.

Es precisamente en unas imágenes documentales africanas donde se revela de forma explícita y sin necesidad de comentario alguno el carácter autoritario, narcisista, agresivo y dirigista de una mujer que siempre pareció entender la realidad como materia moldeable al servicio de la ideología (supremacista, racista), a pesar de mantener contra viento y marea el discurso contrario. No menos reveladoras de su culpabilidad y complicidad con el nazismo son las fotografías y documentos que atestiguan su uso de gitanos sacados de un campo de concentración para el rodaje de Tiefland, la última cinta que rodó durante el periodo nazi.

Poco a poco, a golpe de sutil evidencia por contraste y de un prodigioso rastreo y montaje de materiales múltiples, Veiel consigue articular el definitivo trabajo inculpatorio de una mujer de extraordinario carácter y una cineasta extremadamente dotada que pretendió vivir siempre libre de culpa y responsabilidad por las atrocidades del nazismo bajo el pretexto de la búsqueda de un ideal artístico de belleza que, ay, tenía demasiado que ver con la depuración y la aniquilación del otro y de la diferencia.

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