Vanessa Montfort: "En el XVII convivieron momentos de grandes revoluciones científicas con grandes retrocesos"
Cultura
La autora publica 'La Toffana', novela que ha recibido el Premio Primavera de Novela y cuya historia relata la controvertida vida de una científica y justiciera en la Roma del barroco
La revelación silenciosa de Emma Chacón

La decadencia de la Roma del XVII, la interesante figura de Donna Olimpia y una mujer, entre científica y justiciera, que se convierte en líder de una de red de crimen organizado, conformada por otras tantas mujeres. Son algunas de las claves de La Toffana, novela con la que Vanessa Montfort recibió el Premio Primavera de 2025. Recorremos con la autora los entresijos de esta historia –sugerente, atractiva- que a su vez recorre la vida de una Roma alejada del mito del esplendor. Una época, explica Montfort, semejante a la nuestra: mezcla de avances y de retrocesos. En un mundo en cambio.
Pregunta.Esta novela quizá se resuma de la siguiente forma: nos aleja del tópico del esplendor de la Roma del barroco.
Respuesta.En la novela se trata una Roma posrenacentista, poscaravaggesca. Es la Roma real de Caravaggio, no la de Bernini. Es decir: la Roma que hay detrás de su pan de oro. La que estaba llena de mendigos, de hambre; con el Trastévere donde no entraba ni la policía papal. Pensemos en una Roma llena de calles enfangadas y oscuras. Con una población armada hasta los dientes. Con el Coliseo convertido en un basurero municipal donde vivía el hampa. Una Roma llena de prostitución y de tabernas donde la gente andaba a navajazo limpio.
P.No era un lugar idílico ni mucho menos.
R.No. Y encima una población mermada también. En la época del imperio, Roma llegó a tener un millón de habitantes, y en la época de la novela estamos hablando de unos doscientos mil. Había hambruna, pestes, la Guerra de los Treinta Años. E importante: hay un descenso de la natalidad por el que se recrudecen las leyes contra la mujer. Ese es el caldo de cultivo en el que aparece La Toffana.
P.Antes de hablar de la protagonista de la novela nos detenemos en un personaje poco conocido para el gran público: esa amante del papa Inocencio X.
R.Es fascinante. Donna Olimpia tiene su propia novela. Es increíble que no haya llegado hasta nuestros días. Al igual que Giulia Toffana es borrada de la historia. Para que no den ejemplo… Donna Olimpia fue la cuñada, amante y asesora principal del papa Inocencio X. Dicen que fue ella la responsable de que se le nombrara papa en el cónclave. Donna Olimpia estuvo casada con el hermano de Inocencio X y había alcanzado una posición muy importante en Roma. Lo mismo está encargando la Fuente de los Cuatro Ríos a Bernini como legaliza la prostitución. Dejando que las religiosas y las prostitutas lleven su escudo en sus carruajes, o en las puertas de sus prostíbulos o de los conventos, para que estas estén bajo su protección. A la vez crea un impuesto sobre la prostitución que la hace rica. Llegaron a acuñar monedas con el rostro de Donna Olimpia, con la tiara papal. Ella era quien manejaba las finanzas del Vaticano. Se dice que cuando muere Inocencio X, Donna Olimpia se encierra dos días con el cadáver de su cuñado, pues está sacando el oro que el papa acumuló en los apartamentos papales.
En la época del imperio, Roma llegó a tener un millón de habitantes, y en la época de la novela estamos hablando de unos doscientos mil"
P.¿Qué relación tuvo con Velázquez?
R.Donna Olimpia encargó el retrato que hace famoso a Velázquez [el retrato a Inocencio X]. “Troppo vero”, dijo el papa. Y no precisamente como un elogio, sino como una sorpresa, porque no se le aplicó el Photoshop de la época. A Donna Olimpia sin embargo le encantó tanto que encargó dos retratos gemelos. Velázquez parece ser que retrató a Donna Olimpia, aunque no lo firmó. Ese cuadro, cuando Donna Olimpia es exiliada, a la muerte de Inocencio X, lo compra una familia flamenca y se diluye la autoría. En 2017 se descubre, a través de un historiador del arte, que es un Velázquez perdido. El cuadro se ha subastado en Sotheby's con un precio de salida de cuatro millones de euros.
P.¿A qué fue Velázquez a Roma?
R.Principalmente a buscar inspiración en ese museo al aire libre, sobre todo cuando era joven. En la novela se retrata –nunca mejor dicho- en su segunda llegada, donde va ya por encargo del rey. Se dice que en calidad de espía de la corona española. Como todos los pintores de la época fue a Roma en busca de mecenas.
P.Retomamos a la protagonista de la novela, la Toffana, justiciera, criminal. Muy desconocida.
R.Giulia Toffana fue una mujer, científica, justiciera, que quiso ayudar a otras mujeres como su madre, quien había conocido el maltrato, y quien fue ajusticiada por matar en defensa propia a su marido. Esto era bastante habitual en la Roma de la época. Pensemos que existía el matrimonio infantil. A las niñas de trece años se las casaba con hombres de cuarenta o de cincuenta. Cuando se morían, las volvían a recasar. Este contexto choca con el de la mujer de la Alta Edad Media, que había alcanzado la universidad –por ejemplo, en Venecia-. Sin embargo, esta circunstancia desaparece, de repente. Al ser una época de descenso de natalidad, el papado recrudece todas las leyes contra la mujer. Este contexto no es la excusa, pero sí la causa de un caldo de cultivo para una reacción. La cabeza de esa reacción es Giulia Toffana.
P.¿El feminicidio era legal en la Roma del XVII?
R.Había una ley que lo permitía, sí. En según qué casos, pero sí.
[El XVII] es una época de hambres, de guerras. Un tiempo donde la brecha social se hace enorme"
P.¿Fue este un tiempo de retrocesos?
R.Total. Pero no solamente para las mujeres. Es una época de hambres, de guerras. Un tiempo donde la brecha social se hace enorme. Es una época de desigualdades: hay una pobreza inmensa y una riqueza inmensa. Esto afecta a todos. Se persiguió el conocimiento en general, y si provenía de las mujeres mucho peor.
P.La alquimia, por ejemplo, estaba perseguida.
R.Sí, directamente. No se podía utilizar, pues tenía un pie en la magia. Se podía confundir con la brujería. En la novela estamos en esa frontera entre la alquimia y la química. En plena revolución científica. Por ejemplo, se empezaban a hacer las autopsias más sofisticadas. Ya se conoce el sistema linfático. Las teorías de Copérnico han sido recogidas por Galileo –quien pasa de ser un dios a un demonio-. Ahí viene el retroceso de la época. Cuando la Iglesia se da cuenta de que el conocimiento es peligroso. Pero se da cuenta la Iglesia católica y se dan cuentan los protestantes. Es en lo único en lo que se ponen de acuerdo: perseguir el conocimiento y especialmente a las mujeres que atesoran ese conocimiento. En el XVII convivieron momentos de grandes revoluciones artísticas y científicas con grandes retrocesos. De hecho, es similar al tiempo que hoy vivimos. Nosotros hemos asistido a una revolución semejante a la de la imprenta, que sin embargo nos ha traído una época de grandes retrocesos respecto de las libertades –el nuevo puritanismo, por ejemplo-.
P.¿Hay semejanzas entre la Roma barroca y nuestro tiempo?
R.Creo que sí. Porque conviven los avances con los retrocesos sociales. Creemos que la libertad que se conquista se queda ahí. Pero la libertad nunca se conquista del todo. Estamos también en una época de grandes guerras. Al igual que esa Guerra de los Treinta Años, que en realidad fue una Primera Guerra Mundial. El ser humano del XVII vivía totalmente descreído y sintiéndose en peligro. Con grandes dudas existenciales. También en esta época se dieron grandes plagas. Por muchas cosas hay semejanzas.
También te puede interesar
Lo último