Bien por Sandra Heredia

De la órbita macarena a la constelación de la zona este, la línea del Tussam merece su coplilla carnavalera.

Dicen ahora que el queso influye como una droga sobre el cerebro humano. Contiene casomorfina, sustancia que depara felicidad y bienestar. Hay quienes padecen sinestesia, una disfunción cerebral no dañina, pero que les lleva a percibir las escalas de la música en colores y destellos crisolados. Le ocurre al odiado y venerado Chris Martin, líder de Coldplay y otrora considerado como el vegano más sexy del mundo. Cerebro y música vienen a ser lo mismo. Es lo que afirma el joven y reputado galeno canario Jesús Martín-Fernández. Su estudio sobre el influjo de la música en el cerebro demostró que el reguetón, a diferencia de la música clásica y la electrónica, es la que más logra activar una región profunda y primitiva del cerebro. Es la zona de los ganglios basales, donde se modula el movimiento y el placer o recompensa y donde, ay, se halla el origen de esa ciénaga llamada Parkinson. La industria espacial seguirá explorando las ignotas autopistas de la galaxia en busca de hallazgos y revelaciones extraordinarias. La humanidad aspira a colonizar la Luna, a coquetear con la lluvia orgánica oscura de Plutón y a hacer nuevos amartizajes para conocer si en el planeta rojo hay H2O, la poesía líquida del agua. Nada reprochable. Pero lo que sí podría resultar irónico es que se pretendan colonizar planetas ajenos mientras el cerebro humano sigue siendo en buena parte un planeta misterioso y aún desconocido.

Viene a cuenta el largo preámbulo por esta otra ironía de índole local. Con permiso de la irritada Teruel, la Agencia Espacial establecida en Sevilla se dedicará entre otros formidables proyectos al estudio de los viajes a la Luna. Y es aquí donde Sandra Heredia, candidata a la Alcaldía por Adelante Andalucía, ha estado la mar de brillante. Resulta irónico que en Sevilla se estudie cómo viajar a la Luna por el espacio interestelar cuando la nave común del Tussam tarda más de una hora en ir de la Macarena a Torreblanca. Es lo que dijo hace unos días Sandra Heredia. Es otra versión de la Sevilla de las dos velocidades que denuncia la candidata del partido de Teresa Rodríguez. O sea, que más allá de la doble velocidad entre la supuesta Sevilla de la élite y la otra Sevilla de la desigualdad, ahora tenemos este otra hilarante diferencia entre la ciudad de la fantasía lunar y la otra de la galaxia terrícola y gris que va de la Macarena a Torreblanca. Cantaba Franco Battiato aquello de "seguimos cierta ruta en diagonal por la vía láctea". De la órbita macarena a la constelación de la zona este, la línea del Tussam merece su coplilla carnavalera.

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