La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La Comisión ama el Urquijo/Fnac

Desde junio de 1973, la Comisión de Patrimonio ha tenido debilidad por el edificio Urquijo, después Fnac

La Comisión Provincial de Patrimonio se ha puesto blandita con el edificio que primero fue Banco Urquijo y después Fnac. Por estar ubicado en la llamada "zona de amortiguamiento de la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo General de Indias" y por apreciar en él virtudes y bellezas invisibles para la mayoría, la Comisión ha considerado "acertado mantener sin modificación alguna" la fachada y ha solicitado documentación complementaria sobre lo que allí se vaya a hacer. Gracias a Dios que tenemos la Comisión para defender el patrimonio. No es cosa de que alguna modificación, por leve que sea, estropee tan extraordinaria fachada y alterare esta insigne obra de la arquitectura contemporánea que tanto talento creativo añadió y añade a la Avenida.

De siempre las comisiones de patrimonio han tenido debilidad por este edificio. Allá por 1978 el mamarracho de la fachada del Urquijo y después FNAC armó tal bronca, botes de pintura contra la fachada incluidos (entonces aplaudir la mala modernidad arquitectónica desarrollista era franquista y frenar la destrucción de Sevilla defendiendo su patrimonio era progresista), que el alcalde Pérez de Lama tuvo que recordar en un pleno que el Ayuntamiento había concedido licencia de obras para esta edificación el 9 de octubre de 1973… ¡previo informe favorable de la Comisión de Patrimonio Artístico emitido el 6 de junio de dicho año! Que para su construcción se derribaran tres casas regionalistas de Espiau. Aníbal González y Gómez Millán era lo menos. Y que se rompiera una línea continua de fachadas regionalistas que iba de la esquina de Fernández y González a la de García de Vinuesa tampoco importaba.

Por aquel 1978 se iba a derribar también la casa que Aníbal González construyó para el marqués de Villamarta un poco más adelante, en la esquina con García de Vinuesa. Fue salvado por el "parón urbanístico" de Pérez Escolano, delegado de Urbanismo de 1979 a 1983 en el primer Ayuntamiento democrático presidido por Uruñuela, que tomó radicales medidas para proteger el casco histórico: "El casco -dijo después- había tenido un proceso acelerado de demoliciones en los finales del franquismo y en la transición. Una idea que teníamos muy clara es: no se tendrá dinero para hacer cosas, pero sí se tiene la autoridad y el poder para impedir que se hagan cosas indebidas". Estrenábamos democracia e ideales.

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