Joaquín / Rodríguez / Mateos

Conmemoraciones

A contraluz

04 de marzo 2009 - 01:00

ES un ejercicio de responsabilidad celebrar lo conmemorable; de responsabilidad con el propio pasado, para saber de dónde venimos, pero sobre todo para con el futuro, para que no se olvide nunca quiénes somos. Por eso, la conmemoración de hitos significativos en la particular cronología de cada hermandad es, en el fondo, un mirarnos en el espejo de una historia, de una ciudad, de una sociedad. Una conmemoración es, en el fondo, un profundo ejercicio de reflexión, en deuda con los que nos hicieron posible como las hermandades que hoy somos. Pero, precisamente por esto, el motivo de una conmemoración no debe ser nunca un acto caprichoso a voluntad del mandamás de turno, pues con ello, además de falsear nuestra identidad, confundiríamos lo esencial con lo superficial, lo importante con lo anecdótico, lo significativo con lo insignificante. La mejor conmemoración no es aquella que nos permite lucir por un día, halagando nuestra vanidad en una presunción pasajera por cualquier motivo baladí; la mejor conmemoración es, por el contrario, la que nos permite añadir, sin alharacas ni demasiadas parafernalias, un eslabón a la cadena de nuestra historia, permitiendo que nos reconozcamos en ella. Y, sobre todo, posibilitando que los que nos sucedan sigan reconociéndola, sintiéndola suya.

Las cofradías suelen ser buenas amantes de las conmemoraciones y son celosas en alabar su pasado, pero ¿cuántas asumen realmente las celebraciones como un reto para conocerse mejor, para sentirse una con su historia, en vez de ver en ello una oportunidad para sacar el paso a la calle? ¡Cuantas fechas no habrá ya señaladas a fuego en el calendario de más de uno, esperando su minutito de gloria! Y es que la consulta de los Anales, por más que se diga, sigue siendo lectura de cabecera para algunos que buscan siempre cualquier motivo que celebrar; y para otros, que esperan ansiosamente excusas para calmar su voracidad espectadora de fastos cofrades. Por ello, las cofradías deberían reflexionar seriamente sobre qué conmemorar, y cómo celebrar aquéllo que las marcara un día de forma definitiva. Algunas han dado -y dan- muestras de seriedad en ello, responsables de lo que tienen entre sus manos; otras...

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