Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Ganan LFP y AFE, pierde el fútbol

Tras hablar la Audiencia, las partes salieron como salen los políticos tras las elecciones, todos han ganado

31 de diciembre 2010 - 01:00

ESPERPÉNTICO remate para el año más gozoso del fútbol español y aunque tendremos jornada normal, el fútbol en general sale dañado de este pulso que se han echado Liga y AFE. Zarrapastrosa culminación del año en que el fútbol español agarró el cielo con las dos manos, baldón tremendo, gran cubo de mierda y la sensación de que la herida no sólo no se ha cerrado en la Audiencia sino que se ha recrudecido y ojalá no se ulcere para la posterior necrosis de tejidos. Todo esto es una malísima noticia para un fútbol que perderá su esencia en el caso más que probable de caer en la dinámica de judicialización que amenaza AFE.

Y es que la lectura que ambas partes litigantes ofrecían tras declararse incompetente la Sala Social de la Audiencia fue similar a la que suelen sacar los partidos políticos tras unos comicios, en que no más darse los resultados de las urnas, todos han ganado. Astiazarán se mostró contento por el triunfo de la Liga y Rubiales muy orgulloso por la espita abierta para descargar todo el peso de la ley sobre los deudores. Según él, a partir de ya mismo no será la Ley Concursal el paraguas que le ha permitido sobrevivir a clubes como Málaga, Real Sociedad, Celta, Las Palmas, Sporting, Levante, Hércules y alguno más, con lo que el Betis debería ya rezar todo lo que sepa.

Da la impresión el citado Rubiales de ir de un asunto a otro con facilidad, que lo mismo esgrime la ilegalidad de este domingo como jornada activa a la deuda de clubes como el Betis. ¿Y el agravio para haber intentado dejar sin fútbol este domingo cuál es, la fecha o la deuda? En todo este maremágnum, el nombre del Betis, por siempre Real Betis Balompié, circulando de boca en boca y para nada bueno. ¿Sólo debe el Betis y ninguna culpa para el causante del estropicio? Habrá fútbol el domingo, pero eso es ya lo de menos; lo grave está en que la forma de rematar el año más glorioso ha sido esperpéntica. Tiempo al tiempo y feliz 2011.

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