El Centro de Iniciativas Culturales (Cicus) de la Universidad de Sevilla inaugura mañana la exposición Donde están las cosas por hacer que homenajea al poeta, crítico de arte, traductor, editor y comisario Kevin Power. El origen de la muestra se encuentra en seis poemas suyos donde reflexionaba sobre la muerte y que envió en 2012 a su amigo el pintor Curro González con la idea de que éste los ilustrara en una futura edición de sus versos que quedó en suspenso al fallecer prematuramente el escritor en Santander al año siguiente. Las obras que el artista sevillano concibió algo después, y que Power nunca alcanzó a ver, son las que ahora nos guían por este tributo a una figura excepcional.

Nacido en Reino Unido en 1939, la amplia cultura de este inglés nacionalizado español sorprende a quienes no tuvimos la fortuna de conocerlo y, por tanto, dependemos de las hemerotecas y de los testimonios de sus allegados para completar el puzzle de una personalidad extraordinaria que fue, a finales de los 80, asesor cultural de la Junta de Andalucía y más tarde, entre 2003 y 2005, subdirector del Museo Nacional Reina Sofía. Experto en poesía estadounidense, Power ocupó la cátedra de Literatura Norteamericana en la Universidad de Alicante, de la que fue docente durante tres décadas, pero fue su pasión por el arte y por el resurgir de la pintura española a finales de los 80 lo que explica en gran medida su aportación a nuestra cultura visual y su relación con Sevilla y con el entorno de la revista Figura, a la que entregó importantes textos críticos varios años antes de alentar otro importante proyecto editorial donde la escena andaluza tuvo siempre eco: la revista Arena Internacional.

Aquí en Sevilla comisarió exposiciones de gran calado, entre ellas una dedicada a Julian Schnabel en el Cuartel del Carmen y otra sobre Martin Kippenberger en el Museo de Arte Contemporáneo. La presencia de ambos artistas en la ciudad tuvo un impacto inmediato sobre la generación de artistas vinculados a Figura pero también sobre maestros como Carmen Laffón. Alentar el debate y el intercambio de ideas, aportar nuevos puntos de vista, ampliar los horizontes culturales, fueron misiones que Power asumió con tanto empeño como su dedicación a la poesía.

Varias décadas después, las erráticas políticas que la Junta de Andalucía ha mantenido en la promoción del arte contemporáneo nos incitan a mirar con nostalgia esos años 80 y 90 y a personas como Kevin Power que desbrozaron el camino aportando lo mejor de sí mismos. Ojalá esta exposición y la próxima edición de su poesía le hagan justicia.