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El balcón

Ignacio / Martínez

Kilómetro cero

CON la elección de presidenta ha echado a andar el Parlamento de Andalucía. Esta décima legislatura promete emoción y esperemos que trabajo serio: tanto de control del nuevo Gobierno, que conoceremos entre domingo y lunes, como de revisión de épocas pasadas. Su pluralidad proporciona posibilidades de diálogo y discusión de todos con todos, acuerdos cruzados, auditorías…

También empieza el primer mandato de Susana Díaz como presidenta electa, después de estrenarse como candidata y ser la más votada con cierta holgura. Ahora puede hacer un equipo de gobierno sin ataduras, ni cuotas familiares o territoriales, con una composición de más mérito y capacidad que el anterior. Sería bueno quebrar la constante tendencia a la baja, en prestigio y autoridad, de los consejeros. No tiene excusas; esta es la hora de la verdad del tiempo nuevo al que tanto alude. ¿Será capaz?

Y si los tiempos van a cambiar, también debería remover a los tomasesgómez instalados en las nomenclaturas provinciales del PSOE. Su partido se ha convertido en una agencia de colocación, en la que la gente espera turno para conseguir empleo en las instituciones conquistadas. Sin embargo, debería ser correa de transmisión para trasladar necesidades e inquietudes de la sociedad a la Junta y generar debates e ideas sobre el futuro. En este campo hay poco margen para el optimismo: una maestra de la táctica no es fácil que toque la potente maquinaria de poder que la sostiene en la cúspide.

En todo caso, hay que reconocer la habilidad de Díaz al ajustar su pacto de investidura a lo que los electores piensan de sí mismos: se colocan levemente en el centroizquierda. Este ha sido el primer acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, pero podría no ser el último. La alianza Albert Rivera-Pedro Sánchez es una de las posibles fórmulas para llegar a La Moncloa en noviembre.

Ya suenan temas relacionados con corrupción para motivar comisiones de investigación parlamentaria: ERE, cursos de formación, adjudicación de minas de Aznalcóllar… Pero hay otros que serían muy útiles. Por ejemplo, una auditoría sobre cómo se han gastado los 83.000 millones de euros de fondos europeos que han llegado a Andalucía por todos los conceptos desde enero de 1986. Y entre ellos, los 5.500 millones del Fondo Social destinados a formación. Sería provechoso también saber si todos los teatros municipales, trazados ferroviarios o estaciones de AVE, sin terminar o sin estrenar, se han gastado de manera eficiente.

Estamos en el kilómetro cero de una legislatura plural. Y empieza el espectáculo...

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