DURANTE cuatro días de la campaña navideña de compras de regalos, y dos de ellos son hoy y mañana, en Carmona utilizan el Teatro Cerezo como servicio gratuito de ludoteca para facilitar la ardua tarea de los adultos. Es un pacto entre el Ayuntamiento y los comerciantes de la localidad, bajo el lema Compra con tranquilidad mientras divertimos a tus peques, que da servicio en el histórico edificio municipal a niños de entre 3 y 12 años. En Sevilla capital todo es distinto, por pertinaz inmovilismo, y la única iniciativa del gremio consiste en quejarse de todos los factores objetivos y subjetivos: el diluvio de Noé, las obras de Alfredo, los carriles de Antonio, los precios de Amancio, los parkings de Isidoro, los diseños del sueco Ingvar. Y George Clooney que está en las marquesinas.

Hay tantos locales de gran tamaño que están vacíos en los principales distritos comerciales de la ciudad, que podía haberse fraguado un pacto de conveniencia entre el gremio de la propiedad inmobiliaria y el del comercio para habilitar algunos de ellos durante un mes y convertirlos en ludotecas donde profesionales de la educación y el entretenimiento divirtieran a los peques mientras sus familiares, sin canguro ni abuela a mano y al fin liberados de la pesada carga infantil para meterse en la bulla de las tiendas, pudieran curiosear y comprar a sus anchas entre percheros, estanterías y escaparates, para después recogerlos. Pero a quién se le ocurre en Sevilla pensar en un beneficio para todos. Por eso se genera menos riqueza en una ciudad alérgica a las iniciativas de común acuerdo.