¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
¿Por qué no empezamos por RTVE?
Otoño tendremos así que den las 03.04 horas en todos los relojes del viernes. Estación preciosa y que se bate ardorosa con la primavera para ocupar sitio preferente en el corazón de vates de toda laya. Equinoccio otoñal que tinta a calentito si no fuese porque calentito socialmente ya fue hasta agosto, ese mes que nos solía sumir en estado cataléptico y que este año ha sido tan convulso como todos los demás. Con el otoño solía reactivarse una actividad que salía del letargo estival, pero hogaño nos llegará virulento y como para que nos pongamos en lo peor, con la agitación social tan desmedida como comprensible, que hay que ver adónde nos han llevado. Y uno, que jamás fue proclive a la algarada y la cosa, no tiene más remedio que comprender cómo el personal se levanta de manos ante una situación así. Como paliativo que el otoño y los toros llegan de la mano.
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