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PASA LA VIDA

Juan Luis / Pavón / Jlpavon@ Diariodesevilla.es

Parques de wifi y arbejones

CADA zona recreativa para niños es ocupada por adolescentes en cuanto anochece, y dejan su rastro de grafitis, petardos y desperdicios. Curioso fenómeno de regresión espacio-temporal, por grande que sea el lugar, siempre se afincan junto a los columpios como si buscaran el patio de recreo colegial al salir de clase.

Quizá cambien las cosas cuando se generalice la oferta municipal de cobertura wifi en parques y plazas para conectarse gratis a internet. Los mozalbetes puede que se decanten por los videojuegos y el chat antes que por apoyarse en el tobogán. El Ayuntamiento de Tomares quiere probar suerte y ha dotado al Parque de la Música de conexión inalámbrica a la red y además ha ubicado un ordenador de acceso libre, protegido por una carcasa a prueba de chaparrones y de golpes de grado 6 en la escala Richter del gamberrismo. También deberían evitar que sea un coladero para navegar por webs nauseabundas.

Los teóricos del urbanismo tienen que replantear el diseño y equipamiento de los parques, compartidos a lo largo del día por: los amigos del jogging; los ídem de la bici; los más encariñados con los perros; los sin techo; los padres con sus peques; los ancianos con sus rémoras; las pandillas del barrio y las parejas del de más allá, y los rumanos de acampada libre y ciudadanía europea, que comen latas de carne con el sello de Cooperación Española de las que se mandan a las catástrofes (lo he visto en los Jardines del Valle).

Sobre el terreno, demos la bienvenida al wifi. Se admiten propuestas para compatibilizar bajo su verdor los cibercafés ecológicos, con pantallas de plasma para ver el fútbol sin pagar derechos de autor; las terrazas geriátricas para los ancianos, con catálogos de sudokus gratuitos; las cocinas, duchas y letrinas para los que se refugian a vivir en las zonas verdes, con el fin de que se acaben las fogatas y los olores infectos; y las glorietas donde jugar con los niños a darles de comer arbejones a las palomas, con tecnología de alta definición para que suelten lastre allí donde menos moleste y manche.

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