Sofocones a diario hasta con doblete

Dentro de la catarata de sofocones que nos abruma a diario, cada hora y casi cada minuto, justamente el mismo día decidía la Esperanza de Triana suspender el programa previsto para el septenario, incluido el traslado en loor de multitud a Santa Ana, y ordenaba el Consejo de Cofradías la suspensión del Pregón, casi nada al aparato. Y es que si no hay nada que pregonar, a qué celebrar el acto del Maestranza, lo que siento en el alma, no porque un servidor de Dios y de usted sea asiduo a ese tipo de eventos, sino por lo que sentirá mi querido Julio Cuesta tras un invierno de desvelos ante el ordenador para poner en luz su mensaje. Justo el mismo día, dos capítulos importantísimos en este tiempo de vísperas se iban al garete, señal inequívoca de que los días más señalados de esta ciudad están tocados de ala, tanto que pocos son los que dan un euro por su celebración.