La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sevilla se merece un gobierno más serio
Tras arrastrarse el último miura llegó el ciclo de novilladas y ahí estamos, jueves a jueves, disfrutando de una temperatura confort y de una tertulia con cabales que hace que el tiempo pase sin sentirlo. Noches en el ladrillo maestrante, ilusiones y esperanzas de esos chavales que abrazaron la fe del toreo, cada jueves tres nuevas opciones para llegar a ser gente en el difícil mundo del toro. Pero lo mejor de todo es cómo uno se reencuentra con iniciados que hacen de la corrida un momento de lo más agradable. Jueves nocturno en el gran templo de Tauro y rostros nuevos que han de tomar el relevo de un escalafón ya talludito, tan talludito que, por ejemplo, hay carteles que cierra el ya veterano Alejandro Talavante. Por todo eso, estas noches de jueves en la Maestranza se antojan necesarias, o quizás imprescindibles.
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