Y por Tetuán olía fuerte a naftalina

22 de octubre 2020 - 02:31

Olía a naftalina ayer por Tetuán y Velázquez. Por Sierpes no, porque por Sierpes cada vez pasa menos gente, pero la cosa estriba en el relevo del polo a la camisa de viyela, por supuesto que de manga larga, faltaría más. Pero volvieron las lluvias y se resintieron los termómetros para bajón de unos mercurios que se habían asentado en los pisos altos. Ya es verdaderamente otoño y cuando el domingo hayamos adelantado una hora el reloj y la noche llegue como con prisas sí que nos daremos cuenta de cómo el largo y cálido verano es un recuerdo. Y nos acordaremos de cómo ese verano supuso una tregua en este tiempo de pandemia y crujir de dientes que nos ha mandado quién sabe quién, si los chinos, Dios o quién. Olía a bolitas de alcanfor ayer por Tetuán y se nos encogía el alma ante esos presagios de los mandarines sobre este viernes que tan negro llega.

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