Brindis al sol
Alberto González Troyano
Vieja y sabia
Aniversarios y efemérides son como los túmulos del tiempo, ese camposanto sin coto. Llega un día señalado, una fecha que por lo sumatorio se vuelve grave o digna de feliz recordación. Mañana se cumplen 425 años del nacimiento en Sevilla de Diego Velázquez, bautizado en San Pedro, donde el solemne Cristo de Burgos, tallado con serena gubia hace justo ahora 450 años. El domingo se cumplieron cien años de la muerte de Kafka. Y mañana mismo se celebran también los 80 años del desembarco de Normandía.
Hay aniversarios para todo gusto y curiosidad algo disparatada. Por eso yo celebro los 20 años que la socialista María Jesús Montero Cuadrado lleva a mi lado haciéndome compañía en la salud y en mi condición de probo contribuyente. Lleva a mi lado en sentido figurado. O no, según se mire. La trianera socialista entró en mi vida y en la de usted en 2004, cuando fue investida como consejera de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. Hoy sigue a nuestro lado, como vicesecretaria general del PSOE, vicepresidenta primera del gobierno de España y ministra de Hacienda. Por eso digo que me acompaña en la salud y en el patriotismo de pagar impuestos.
Uno la ve casi a diario en la tele, fogosa y racial. Aparece lo mismo en mítines que en la zahúrda del Congreso y el Senado. La llaman la cheerleader del sanchismo (la expresión es de J.J. León). Es verdad que sólo le faltó lucir cual cheerleader con pompones la noche de las elecciones del 23 de julio del año pasado. Nunca olvidaremos su trance hooliganiano en Ferraz, junto a Pedro el puto amo y la dilecta Begoña Gómez. Dónde acaba lo gestuoso y dónde empieza lo arrabalero. Es lo que uno intenta resolver cada vez que ve a la ministra en acción, como cuando agita el puño con media lengua fuera o cuando asiente o niega con rítmicas cabezadas.
Católica y creyente (forjada por los curas rojos del último franquismo), no desentonaría gesticulando cual pregonera de Semana Santa o dando vivas de salesiana a María Auxiliadora por Condes de Bustillo. En la Feria de Sevilla la llamaron “traidora”, pero ella reaccionó a la voz del fango con inusitado temple y un gracejo como de colega. María Jesús Montero, Marisu para sus íntimos, es la más activa producción del último PSOE sevillano (sin olvido del dúo de tragaderas Gómez de Celis y Juan Espadas). Dicen que le gusta montar en bici, la música de Sting, la ópera de Puccini y, sobre todo, la moda y estar al día en tendencias cuquis. Si el domingo el resultado de las europeas acompaña, la cheerleader volverá a agitar los pompones del sanchismo. 20 años contigo, Marisu.
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