Crónica Personal

La brecha

ERC, con su líder en prisión, también está empezando a decir basta a los métodos de Torra-Puigdemont

Torra and Co., azuzados desde Waterloo, alientan a las huestes de los CDR para que intensifiquen su protesta contra la celebración del consejo de ministros en Barcelona el próximo día 21. Simultáneamente el portavoz parlamentario de ERC, Joan Tardá, que no es precisamente un hombre que se caracterice por la suavidad de las palabras en sus intervenciones, marca distancias públicamente con los CDR y rechaza sus actuaciones de los últimos días. Pero no se queda ahí, rechaza que los políticos del PDeCAT que cumplen prisión preventiva se hayan puesto en huelga, y cabe deducir por tanto que Tardá también es contrario al teatro que ha protagonizado Quim Torra en Montserrat, con una huelga de hambre de dos días que no era tal.

La declaración de Tardá no es una cuestión menor. Visualiza perfectamente lo que está pasando en el independentismo catalán, donde se agranda día a día la brecha entre PDeCAT y ERC. Suelen decir los de ERC que nunca renunciaron a la independencia, pero que la planteaban como una lucha día a día, con la esperanza de que sus hijos o nietos pudieran alcanzarla alguna vez. La convulsión que se vivió con la corrupción del pujolismo, más la incorporación a sus filas de un Artur Mas que se había movido sólo en el área nacionalista, más un Zapatero que quería pasar a la historia como el impulsor de un nuevo Estatut que satisficiera a todas las fuerzas políticas catalanas hizo el resto.

Rajoy y Soraya se equivocaron al creer que Oriol Junqueras podía ser el interlocutor válido para conducir el debate serenamente y que se contentaría con mayores dosis de autonomía. No era tal. Pero frente a esa equivocación apareció Puigdemont con su socio Torra con una sarta de disparates que han hecho que hasta Pedro Sánchez, que tanto abogaba por el diálogo, comprendiera que con esos interlocutores era imposible. Interlocutores que defienden a la CUP y a los CDR, que dicen a estos últimos que vayan "a la batalla" contra la celebración de una reunión del Consejo de Ministros en Barcelona, que tienen el Parlamento cerrado cuando se avecinan debates polémicos, que siguen teniendo a Puigdemont como referente cuando nadie da ya credibilidad al ex presidente … No sólo los no independentistas han rechazado de forma rotunda esas posiciones; ERC, con su líder en prisión, también está empezando a decir basta. No a la independencia, a la que no renuncian, pero sí a la pelea con los métodos indignantes que pretenden el dúo Puigdemont-Torra.

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