Las cargas policiales

Las imágenes culpabilizan al Gobierno y convierten en irrelevante el golpe de Estado de la Generalitat

03 de octubre 2017 - 02:34

Ninguna mentira es más convincente que el instante apresado en una fotografía. En El beso de Judas: fotografía y verdad, cuya cita debo al amigo del café de todas las mañanas, Joan Fontcuberta reflexionó sobre las relaciones entre realidad, verdad y fotografía: nacida como testigo objetivo de la realidad captada tal cual se produce ante la cámara, y por lo tanto identificada con la verdad, las apariencias han acabado por sustituir a la realidad convirtiendo la fotografía en evidencia. Y no es así. Ni aún en los casos más famosos. El miliciano anarquista, que no eran precisamente defensores de la legalidad republicana, de la foto de Robert Capa se convirtió en el símbolo de la defensa de la República. La foto de los marines alzando la bandera en Iwo Jima tomada por Joe Rosenthal generó controversia porque fue la segunda vez que se alzó la enseña o incluso un posado. Los espontáneos amantes parisinos de la foto del beso de Robert Doineau resultaron ser dos actores contratados por el fotógrafo. Por no hablar de la foto del Che de Korda, después convertida en poster al estilo Warhol por Jim Fizpatrick.

Viene todo a cuenta de las imágenes de las cargas policiales. ¿Se produjeron? Sí. ¿La violencia contra civiles es real? También. Pues entonces son la verdad: víctimas inocentes intentando ejercer un derecho democrático y un Estado represor que se lo impide con violencia. El problema es que es una verdad a medias: la forma más peligrosa de una mentira. Estas imágenes culpabilizan al Gobierno y borran, absuelven o convierten en irrelevante el golpe de Estado de la Generalitat, la vulneración del Estatut y la Constitución, los modos totalitarios con los que se ha pisoteado a los partidos de la oposición; y, por lo tanto, oculta la responsabilidad de los independentistas, que son los primeros responsables de esa violencia al movilizar a cientos de miles de ciudadanos para participar en una farsa ilegal y golpista. Prueba de la eficacia de este juego entre verdad, realidad y mentira de la imagen: la reacción internacional.

Fe de errata: Donde ayer decía "los golpistas de la Generalitat y sus apoyos como Societat Civil Catalana, que ayer dijo que un ciudadano podía votar varias veces" debía decir "los golpistas de la Generalitat y sus apoyos como la Asamblea Nacional Catalana, denunciados por Societat Civil Catalana, que ayer dijo que un ciudadano podía votar varias veces".

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