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Tomás García Rodríguez

El halconero de las 'setas'

Hoy en día no se observan fácilmente palomas ni otros pájaros en las 'setas'

22 de diciembre 2018 - 02:31

Paseando bien de mañana por la Plaza de la Encarnación, observé un día a un hombre con un águila en su brazo, definiendo una típica estampa de cetrero. Me acerqué a él y mantuvimos una amena conversación acerca de su presencia en esta lonja, inesperada para mí y otros viandantes. Pertenece a una empresa de control de aves y su actividad se centra en ahuyentar, con el vuelo de la rapaz, a las palomas que en gran número suelen acudir al complejo arquitectónico de las setas, implantado en este lugar. Utiliza el águila de Harris, también llamado halcón de Harris, Parabuteo unicinctus, aunque no son ni águilas ni halcones en sentido estricto, de origen americano y mediano tamaño, semejante al busardo ratonero, Buteo buteo. Son más esbeltas, coloreadas y usadas desde antaño para la cetrería dada su facilidad para el adiestramiento, que en este caso no está dirigido a cazar sino a expulsar aves de este entorno, lo cual se consigue con una alimentación adecuada y un buen entrenamiento. De mis observaciones periódicas en la zona concluyo que su labor consiste en provocar el movimiento de las volátiles hacia otros enclaves de la urbe, impidiendo el desarrollo de nidos en los huecos de las estructuras de esta obra moderna, singular y de emplazamiento controvertido para muchos residentes y foráneos. ¡Hoy en día no se observan fácilmente palomas ni otros pájaros en la plaza! Mis pensamientos se proyectaron en días sucesivos a considerar si estas aplicaciones podrían extrapolarse a otros rincones hispalenses que presentan problemas graves ocasionados por la superpoblación de otras especies, como las cotorras de Kramer y las cotorras argentinas. El desarrollo extraordinario del número de estos psitácidos en nuestro hábitat ciudadano ha sido analizado por diversas entidades públicas y privadas, y las conclusiones han sido expuestas en diversos medios en reiteradas ocasiones, incluso por el grupo Biológicas'74 al que pertenezco. Las soluciones aún están en el aire y no existe ningún proyecto concluyente que vislumbre una salida digna a estas alteraciones en nuestro ecosistema urbano, siempre en un equilibrio inestable.

No consigo visualizar con claridad qué ocurriría en la ciudad si fuera posible utilizar halcones de Harris para distorsionar, espantar y desterrar a las cotorras de sus principales núcleos activos: Parque de María Luisa, Plaza Nueva, zonas cercanas al río y, en general, parques y jardines. ¿Sería efectivo este atosigamiento y decidirían estos loritos emigrar a regiones distantes más tranquilas? Esto es utópico y no sería muy eficaz, pues son sedentarias y no migrantes. Por tanto, seguimos aguardando soluciones adecuadas para remediar los desajustes provocados en nuestro medio ambiente por el desarrollo exacerbado de algunas especies de aves...

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