
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El sonajero de la ampliación de la Feria de Sevilla
Su madre, nacida en República Dominicana, descendía de españoles; su padre era de Estados Unidos. Robert Prevost, León XIV, tiene nacionalidad estadounidense y peruana y habla perfectamente nuestro idioma, aunque no hay que engañarse: su vínculo con la cultura española pasa por el tamiz peruano. Ha viajado con frecuencia a nuestro país, donde agustinos que han tenido la oportunidad de conocerlo le consideran un hombre cercano, buen conversador y habituado a tratar con gentes de distinta procedencia y clase social.
Todavía no ha conocido León XIV a los protagonistas de la vida española, ni a miembros del Gobierno. Tanto el primer mensaje de Pedro Sánchez como el del ministro de Justicia, Félix Bolaños, responsable de las relaciones con la Iglesia, han sido de respeto. Pero, más allá de ese comportamiento respetuoso, León XIV va a encontrar un Gobierno profundamente sectario con la Iglesia católica, un Gobierno que no duda en respaldar espectáculos, libros y conductas abiertamente blasfemas amparándose en la libertad de expresión. Un ejemplo de que el respeto del Gobierno a la iglesia no es real se demostró el día de la elección de León XIV cuando justo después de la fumata blanca, en la hora de espera a conocer el nombre del nuevo pontífice, el programa especial de RTVE, la televisión pública española que controla muy bien el Gobierno aunque presume de lo contrario, puso el acento en los casos de pederastia que han ennegrecido la historia de la Iglesia.
El sanchismo ha demostrado una inquina especial hacia el Valle de los Caídos, y no solo por ser obra emblemática del franquismo. Ha llegado finalmente a un acuerdo con los monjes… que se han visto obligados a aceptarlo porque en caso contrario el monasterio podría incluso ser demolido. Lo primero, la inmensa cruz. Pedro Sánchez fue uno de los pocos jefes de gobiernos europeos que no acudió a las exequias del papa Francisco, aunque más que por indiferencia hacia una de las figuras indiscutibles del siglo XXI, se adivinaba que, una vez más, se sentía profundamente molesto por compartir espacio con el Rey. No soporta no ser el protagonista.
León XIV inicia su papado con imagen de hombre muy sensibilizado hacia los problemas sociales, que conoció de forma directa en sus años de misionero en Perú. Su relación con la Administración estadounidense es tensa, no oculta su rechazo a la política de inmigración. Puede ocurrir algo parecido en España: Francisco quiso viajar a Canarias para conocer directamente la situación de los menas, y es seguro que León XIV se va a interesar por ese problema que conmueve y al mismo tiempo preocupa a un sector relevante de la sociedad española que vincula a los menores inmigrantes con la seguridad.
Desde el desconocimiento absoluto sobre la personalidad del nuevo Papa y las interioridades vaticanas, esta periodista tiene la sensación de que se adivinan cambios profundos: León XIV tiene su propio criterio sobre algunas dictaduras hispanoamericanas y además, por formación y trayectoria, es un defensor indiscutible del dogma, de los compromisos y de la ley.
También te puede interesar
Lo último